Mario Schjetnan: Reconciliar ciudad y naturaleza
El Museo Nacional de Arquitectura del Palacio de Bellas Artes acoge la exposición 'Reconciliar Ciudad y Naturaleza', del Arquitecto Mario [...]
6 diciembre, 2019
por Daniela Jay
James Turrell crea obras atrayentes y meditativas que desafían cualquier clasificación simple como imagen, objeto o arquitectura. Su práctica es única ya que emplea luz pura como medio artístico. Sus instalaciones a gran escala son “contenedores de luz”, cada uno de los cuales ofrece una experiencia insuperable en la que el color, la intensidad y la luminosidad adquieren una presencia física. Junto con estas obras icónicas la práctica más amplia que ha desarrollado el artista aborda la luz como una presencia tanto física como metafísica que condiciona nuestra comprensión del mundo. Turrell ha expresado: “mi trabajo no tiene objeto, ni imagen ni foco. Sin objeto, sin imagen y sin foco, ¿qué estás viendo? Te ves a ti mismo viendo. Lo importante para mí es crear una experiencia de pensamiento sin palabras”. Para Turrell, la percepción misma es el objeto de la obra.
Kit Hamonds
A través de las redes sociales, la cultura tecnológica ha continuado privilegiando la vista. Publicamos stories y fotografías en Instagram, tuiteamos el momento y compartimos recuerdos en Facebook. En ese un mundo dominado por la visión se abre la exposición James Turrell: Pasajes de luz en el Museo Jumex. Una muestra que más que un producto instagrameable —no se puede tomar fotos— desafía la hegemonía de la visión mediante una confrontación entre luz y tecnología. A través de su obra, Turrel busca crear conexiones entre la visión y el conocimiento, la ontología y el poder.
Pasajes de luz no es sólo la recopilación de algunas de sus mejores obras de Turrell: diseñó dos instalaciones especiales para el museo. La primera es Ganzfeld, la construcción de un espacio que disuelve su propia arquitectura a través de campos totales de colores intensos. Su nombre en alemán pertenece al estudio de la parapsicología y describe un fenómeno de percepción causado por la exposición a un campo de estimulación uniforme. La instalación hace que aparezcan patrones geométricos y difumina la percepción de la profundidad. Su efecto también puede provocar alucinaciones o un estado alterado de conciencia. La segunda instalación es Dark space, que en palabras del artista no se trata de lo que se supone que uno debe ver sino de la experiencia de «verse a si mismo ver». También se incluye documentación y modelos que complementan las instalaciones e ideas del artista. En algunas piezas se hace uso de tecnologías como la holografía y la luminiscencia controlada por computadora.
La visión artística de Turrell crea experiencias cambiantes en relación al espacio y los campos saturados de color. Examina el oculocentrismo desde cuestiones metafísicas hasta el narcisismo y ejemplifica que vivimos en una realidad creada por la percepción subjetiva de nuestras limitaciones sensoriales. Al vivir bajo una lluvia de imágenes —como la calificó Italo Calvino— se agradece visitar una exposición donde las selfies están prohibidas —a petición del artista—, evitando así las largas filas para que tomar esa foto. Una exposición donde el recuerdo de las instalaciones lumínicas es capturado con nuestra propia vista y no con una lente mecánica
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