19 marzo, 2025
por Colateral
Créditos: José Pablo Vázquez Madero
Diseñar es un acto político que va más allá del objeto. Desde esta perspectiva, el diseño se manifiesta de múltiples maneras y en diferentes escalas. Durante los días 7 y 14 de febrero del presente año, el Museo Experimental el Eco fue sede del primer encuentro organizado por Colateral, colectivo creado e impulsado por estudiantes de la Facultad de Arquitectura y Diseño Industrial de la UNAM. A lo largo de estas sesiones llamadas “Hagamos E(CO)”, denominación bajo la cual se presentan esta serie de diálogos, estudiantes y profesionales discutieron sobre el concepto y las expectativas que hay alrededor de la figura del arquitecto(a) y el diseñador(a).
Créditos: José Antonio Sánchez Jiménez
Durante la primer sesión, estudiantes y profesionales abrieron el debate sobre las responsabilidades que conlleva el ejercicio de la arquitectura y el diseño. Los participantes coincidieron en que la figura del arquitecto ha sido representada históricamente como un agente con capacidad para transformar y resolver los problemas de nuestra sociedad a través de la creatividad. Bajo esta perspectiva, el arquitecto se presenta ante el mundo como un ojo solar capaz de interpretar los conflictos de la ciudad, de manera que todo lo vasto e interdisciplinario del problema se filtra a través de él para dar solución a las demandas a través de la creación y materialización de una obra(s).
Créditos: Miriam Múñoz Barón
Sin embargo, quiénes se dieron cita a esta sesión, señalaron que esta visión de la arquitectura y el diseño, coloca a ambas figuras en una posición de protagonismo, que a su vez, encuentra validación a través de los medios de comunicación. Situación que contribuye a la construcción de una imagen endiosada que los aleja de algunos sectores de la población, pero al mismo tiempo, los acerca al sector capitalista; es decir, a los grupos de poder.
Créditos: Miriam Múñoz Barón
La arquitectura como herramienta de acción, no una solución
Esta visión limita el impacto de la arquitectura y el diseño, debido a que transmite la idea que ambas disciplinas son un privilegio que no está al alcance de todos. En ese sentido, reflexionamos sobre la importancia de replantear la manera en la que comunicamos y enseñamos nuestra labor.
Tomando en cuenta este punto, algunos participantes enfatizaron la necesidad de redefinir el papel de la arquitectura y el diseño, más enfocado a ser una herramienta de acción en lugar de presentarse ante el mundo como una solución completa. Asumir esta postura nos lleva a meditar en nuestras decisiones y sus repercusiones, y a su vez , da paso a una pregunta importante: ¿Qué hay detrás de estas decisiones que, con el tiempo, se traducen en obra?
Créditos: Miriam Múñoz Barón
Diseñar: Un gran poder con una gran responsabilidad
Desde luego, no podíamos dejar pasar este tema. Durante la segunda sesión, la discusión giró en torno a la influencia de los discursos de poder en la producción del espacio y los objetos que diseñamos. Sobre este punto, estudiantes y profesionales reconocieron la influencia de estos grupos; sin embargo, llegaron a la conclusión de que sus intereses no deben ser el único eje de nuestras propuestas.
No se trata de sobreponerse a estas estructuras, sino de asumir responsabilidad. La arquitectura y el diseño tienen la obligación de tomar la iniciativa para abrir nuevos caminos. Diseñadores y arquitectos no son meros agentes dentro de un sistema preestablecido: su capacidad de acción es real y poderosa. Nuestra labor no puede reducirse a replicar modelos, sino propiciar interacciones que generen nuevas formas de habitar y experimentar la ciudad.
Desde nuestra posición debemos aceptar que tenemos un poder que conlleva una gran responsabilidad de la cual no podemos escapar. Debemos asumir dicha responsabilidad con la conciencia de que nuestras decisiones son significativas, no como un acto de resistencia sino como un compromiso con toda la población. Los procesos orgánicos de la ciudad, aquellos que se manifiestan y emergen fuera de las dinámicas preconcebidas y aceptadas pero que también forman parte fundamental del tejido urbano, nos demuestran que el consenso no es la única vía legítima para la producción del espacio. De esta manera, llegamos a la conclusión de que indudablemente, diseñar es un acto político. En ese sentido, ¿Qué decisiones debemos tomar, y sobre todo, qué acciones podemos implementar para construir espacios alternativos a los dictaminados por un consenso?
Más allá del objeto: el diseño como acto político
Tomando en cuenta esta perspectiva, los asistentes a ambas sesiones de trabajo, estuvieron de acuerdo en que ambas disciplinas van más allá del objeto y de la edificación. Afirmar esto, nos abre la puerta a pensar en diversas maneras de hacer arquitectura y diseño. Ninguna debería limitarse a diseñar estructuras u objetos; por el contrario, actualmente deben empeñarse en construir dinámicas que generen conocimiento
Ser arquitecto(a) y diseñador(a) no recae únicamente en una cuestión técnica, sino en una responsabilidad política y ética que trasciende cualquier producto tangible. De esta manera, la arquitectura también encuentra su lugar en lo etéreo. Esto último implicaría no solo hablar de materialidades sino de vivencias, experiencias espaciales y las relaciones que se generan en un lugar y tiempo determinados. No es casualidad que lo anterior se mencione en un espacio como el Museo Experimental El Eco, donde Mathias Goeritz, en su manifiesto de arquitectura emocional, indica: “Sin duda –desde un punto de vista funcional- se perdió espacio en la construcción de un patio grande, pero éste era necesario para culminar la emoción una vez obtenida desde la entrada”.
Es así como llegamos a la conclusión de que hablar de la ciudad implica reconocer y visibilizar “los habitares” que la componen. Esto implica un cambio de enfoque en la enseñanza de ambas disciplinas: generar dinámicas de diálogo e intercambio se vuelven parte del quehacer arquitectónico, y a su vez, un acto de diseño necesario en la medida que contribuyen a construir espacios más accesibles, donde podemos (re)conectar y hacer visible otras realidades.
Enrique Borsalde | Todos Somos Diseño