De la interconexión (y las dimensiones) al amor tácito: una conversación con Damián Ortega
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18 junio, 2014
por Mariana Barrón | Twitter: marianne_petite | Instagram: marianne_petite
Entre temas deportivos y especulaciones económicas creo que es pertinente hacer un espacio a la reflexión. Esto ocurre ante lo que la arquitectura ha podido observar a lo largo del tiempo. Pensemos en esos monumentos que incrustados en plazas han sido testigos de grandes caminatas, festejos o desastres de alguna ciudad en particular formando una especie de caja de resonancia plurifuncional con impactos en diversas direcciones que no solo le incumben al espacio sino también a los aspectos sociológicos y culturales de un lugar, una nación o momento.
En 2005, Heidrun Holzfeind y Christoph Draeger viajaron a ciudad de México para realizar un proyecto que consistía en visitar los edificios recomendados por una guía turística de arquitectura para refotografiarlos desde el mismo ángulo y evidenciar las diferencias producidas por el paso del tiempo. Nueve años después dan a conocer este trabajo en la exhibición El teatro del mundo que se desarrolla en el Museo Tamayo.
Durante su visita a la ciudad pudimos platicar brevemente acerca de este proyecto y la relación de sus trabajos individuales y colectivos.
Christoph Draeger: Me gustaría empezar diciendo que el trabajo de Heidrun y el mío son diferentes a lo que hacemos como colaboración. Cuando trabajamos juntos usualmente nos une la pasión por la arquitectura y sus implicaciones sociales, su relación con lo catastrófico o lo urbano dentro de lo que se puede expresar como arquitectura en el arte. Particularmente a mí me interesan los cambios abruptos, como el desastre, el caos o la decadencia. Me gusta la idea de la ruina y destrucción. En referente a nuestra obra en esta exposición, cuando tienes una guía de edificios que muestran la intención ideal del arquitecto resulta interesante salir e investigar si esos mismos edificios siguen en buenas o malas condiciones, si su uso es el mismo o si es alterado. A partir de esto uno puede encontrar implicaciones interesantes, que van más allá de mi particular interés por lo catastrófico o la destrucción.
Heidrun Holzfeind: Por otro lado, yo por muchos años he trabajo sobre arquitectura, en términos de espacio social, la relación con el usuario y pensar en arquitectura como una estructura. He hecho algunos trabajos donde retrato edificios a través de la gente que vive en ellos. Ciudad de México es un lugar importante para mí. Aquí desarrollé un proyecto sobre Ciudad Universitaria que enlazaba fotografías del campus con el movimiento estudiantil de 1968. En aquella época, fue una combinación interesante ver una nueva ciudad para nuevas personas con un movimiento social como el de 1968, que quizá no fue conocido en el resto del mundo pero que en México sigue teniendo sus repercusiones y hay una gran generación que estuvo marcada por este movimiento. También lugares como Tlatelolco son significativos debido a su importancia como sucesos históricos, donde las perspectivas de estos eventos se concentran en el espacio, el edificio o el paisaje. Por ejemplo, al hablar de Tlatelolco algunas personas de inmediato pensarán en el movimiento de 1968. Es muy interesante ir a estos espacios y hablar de nuestra lectura acerca de las fotografías o información que las guías de arquitectura no dan. Porque usualmente siempre se concentran en la importancia arquitectónica y no en la importancia social o histórica que representa algo para la ciudad o la cultura.
HH: Definitivamente usamos diferentes estrategias, mi trabajo esta basado en metodologías documentales o documentos históricos de primera instancia. En esta piezas que presentamos ahora tratamos con un proyecto más conceptual, donde lo que hacemos es ir a cada edificio que se encuentra en esta guía para tomar fotografías desde el mismo ángulo en el que fueron tomadas. La intención no era tomar fotos de manera artística, muy probablemente lo hubiéramos hecho de otra forma, sino el concepto era tomar la foto del edificio en su estado actual de aquel momento con el mismo ángulo que la guía.
CD: En este proyecto preferimos cualquier fotografía formada por una idea a una fotografía con técnicas compositivas complicadas que nos dieran una buena foto. Soy un artista conceptual convencido de que lo más importante es la idea. Por ejemplo en el proyecto de Tsunami Architecture los sobrevivientes del desastre fueron fotografiados enfrente del océano, la fuente del desastre, cosa particular porque el océano es también en donde reside su trabajo; como los pescadores, gente dedicada al turismo, etc. Por tanto no hubo una idea compositiva, más bien, una idea conceptual. En el proyecto de los edificios sabíamos que teníamos que rehacer las fotografías, pero que no debía de ser la misma fotografía bonita. Ambos sabíamos que teníamos que desarrollar una idea diferente sobre lo que era esta guía de edificios de ciudad de México.
Cuando empezamos a montar la pieza decidimos contar la lectura que obtuvimos de este proyecto. Nosotros decimos nuestra experiencia sobre los edificios y a su vez hacemos una crítica ante los mismos. La autora de la guía, Louis Noel, dice que una guía de arquitectura no puede ser crítica y fue aquí donde intentamos agregarle esa parte.
HH: Podemos tomarnos la libertad artística de incluir especulaciones, diferentes puntos de vista y problemáticas sobre lo que una guía de edificios no pudo hacer, porque va dirigida para una audiencia de este tipo. Al ser extranjeros se tiene una visión diferente en comparación con gente que ha tenido durante su vida edificios de referencia. Por ejemplo algunos de los arquitectos que salen en la guía son muy reconocidos debido a la importancia en la historia de la arquitectura moderna y además de la propia historia de México con los temblores, los movimientos sociales y los programas de vivienda.
CD: También retomamos la importancia de los grandes edificios del estado. Por ejemplo nosotros no conocíamos el trabajo de Mario Pani. Fue una experiencia que nos hizo recorrer la ciudad de manera exhaustiva donde meticulosamente estuvimos en los 265 sitios que la guía señalaba, así que quizá fuimos los únicos que estuvimos en todos estos espacios. Hay que recalcar que usamos la guía editada en 1991.
HH: Otro interés que tuvimos en esta pieza fue la relación de la arquitectura con la fotografía. Porque demuestra cómo la fotografía es usada como método de representación que cuando se visita en la realidad no representa lo mismo y te da una idea muy diferente de lo que anteriormente habías visto. Pudimos notar que las fotografías fueron hechas en momentos posteriores a la terminación de construcción del edificio y eso nos da una visión más pura que cuando 20 años después de usarse es intervenido por el paisaje urbano, el tráfico, árboles crecieron que te da una experiencia muy diferente del edificio. También las cámaras usadas para realizar estas fotografías son profesionales y convierten todo en algo más dramático.
CD: A veces pasa que tras ver tanto dramatismo en las fotos y vas al lugar no encuentras esos grandes ángulos. Siempre hay una barrera entre la representación y lo representado que fue algo que tuvimos de experimentar. Con este proyecto a la vez estamos intentado hacer realidad una nueva guía de edificios que contenga nuestras opiniones acerca de lo que pudimos ver y que a pesar de ser algo conceptual pueda ser funcional.
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