La selva domesticada
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23 febrero, 2014
por Miquel Adrià | Twitter: miqadria | Instagram: miqadria
En 1951 se fundó el Grup R en Barcelona. Una asociación que en plena posguerra civil y bajo la dictadura de Franco, se organizó para divulgar sus inquietudes sobre el arte contemporáneo y la arquitectura moderna.
Grup R fue un manifiesto desde su nombre, ya que apela a grupo, colectivo, asociación -en catalán- y a Renovación y Recuperación cultural y arquitectónica. El grupo reunía a miembros de dos generaciones de arquitectos: los que iniciaron sus estudios inmediatamente antes de la Guerra Civil y los que lo hicieron al terminar la contienda. Dos generaciones entrelazadas por el GATCPAC (Grupo de Artistas y Técnicos Catalanes para el Progreso de la Arquitectura Contemporánea, antecesor del casi homónimo español) como primer referente, y los conceptos heredados de la revista AC que se editó durante la República entre 1931 y 1937. Les unía también el interés común por promover una arquitectura internacional a partir del movimiento moderno y de su crítica posterior, frente al yermo panorama arquitectónico del primer periodo del franquismo.
Una exposición en el MACBA (Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona) rememora las ideas y las obras de este conjunto de arquitectos, cuya acción contribuyó a consolidar una versión propia de la estética moderna bajo el régimen franquista. Sus construcciones –hoy buenos ejemplos del patrimonio arquitectónico moderno– y sobre todo las exposiciones y los debates que organizaron, alimentaron e internacionalizaron la cultura catalana de aquel momento, políticamente muy oscura, pero creativamente muy dinámica.
Constituyeron el Grup R, Oriol Bohigas, José Antonio Coderch, Joaquim Gili, Josep M. Martorell, Antoni de Moragas, Josep Pratmarsó, Josep M. Sostres y Manuel Valls, y posteriormente se fue ampliando con otros destacados arquitectos, siempre ilustrados con el ojo agudo del fotógrafo Francesc Català-Roca, quien fue el auténtico creador de un estilo de grupo.
La muestra Motor de modernidad. Grup R. Arquitectura, arte y diseño analiza la repercusión y la sacudida que significó la presencia del Grup R en Barcelona, como catalizador de la recuperación de una modernidad perdida después de la Guerra Civil en la arquitectura y la cultura estética catalanas. Como recuerda la ficha de sala, “dicho grupo supo imponerse a la oficialidad con otros recursos, para acercarse a las tendencias arquitectónicas europeas, tejiendo su radio de influencia con astucia. Pero cuando las alcanzó, la unidad de acción que había significado el CIAM (Congreso Internacional de Arquitectura Moderna) estaba perdiendo el liderazgo de Le Corbusier a favor de los jóvenes arquitectos del Team X, al que se acercó el Grup R“.
Precisamente, en el congreso de 1959 en Otterlo (Holanda), Ernesto Nathan Rogers, en representación del estudio de arquitectos BBPR (y tio de Richard Rogers, por cierto), presentó el proyecto de la Torre Velasca en el corazón de Milán. La obra desencadenó la discusión y la oposición del Team X, liderado por los arquitectos Peter Smithson y Jacob B. Bakema contra el formalismo y el revivalismo histórico que encarnaba. Esta polémica se reflejó también en el Grup R con dos edificios contrapuestos: el de la Avenida Meridiana de Oriol Bohigas, de influencia italiana, y el Edificio N de vivienda social, de Subias, Giráldez y López Iñigo, heredero de Bakema. La polémica manifestada anunció también la disolución del colectivo en 1961. Habían conseguido atrapar la modernidad, pero la profesión se había vuelto individualista.
A lo largo de una década el Grup R realizó cuatro exposiciones: la primera, dedicada a la obra de los miembros del grupo, les abrió las puertas oficialmente a la intelectualidad catalana; la segunda, dedicada a la relación entre la industria y la arquitectura, les puso en contacto con el mundo industrial; y en la tercera y la cuarta presentaron trabajos de estudiantes y de miembros del colectivo. Paralelamente a la actividad expositiva organizaron seminarios sobre economía y urbanismo, posicionándose en los órganos de opinión de la arquitectura catalana, el diseño y la cultura, desde la revista Cuadernos de Arquitectura, la dirección del Colegio de Arquitectos y el FAD. A través de la revista se inició un acercamiento al mundo artístico, publicando por primera vez artículos sobre la obra de Eduardo Chillida, Antoni Tàpies, Josep Maria Subirachs y Antonio Saura, entre otros. Además el Grup R creó el premio de arquitectura del FAD, referente de lo mejor que se ha llevado a cabo hasta nuestros días. Y también, desde 1962, el Colegio de Arquitectos dirigido por antiguos miembros del grupo, se convirtió en el lugar que cobijó al mismo tiempo a la arquitectura, el arte y la industria.
Con esta exposición se pone de manifiesto como los inquietos miembros del Grup R, unidos por una visión común de la modernidad, ocuparon los centros de opinión, utilizaron los medios de comunicación, y crearon las revistas y los premios, tejiendo la red que definió el estilo moderno y la arquitectura de la segunda mitad del pasado siglo.
Editorial Gustavo Gili, arqs. Francesc Bassó; Joaquim Gili.1954-1961. Foto Català-Roca.
casa Ugalde, arq. Jose Antonio Coderch, foto Català Roca 1951
Apartamentos en Torredembarra. arq. Josep Ma. Sostres. 1954, 1957. Foto Català-Roca
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