Ayer, en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, dentro del ciclo de conferencias Designing Tomorrow’s Met, la arquitecta mexicana Frida Escobedo presentó las ideas que han guiado su práctica arquitectónica y que servirán para el diseño de la nueva ala del Met que le ha sido comisionada —que llevará el nombre Oscar L. Tang y H. M. Agnes Hsu-Tang.

Escobedo señaló que su arquitectura surge de ideas que combinan ética y estética y que tocan temas de género y medio ambiente. Habló de su entendimiento de la arquitectura como un lenguaje, como una acreción —que el diccionario define como el “crecimiento por adición de materia, como en los depósitos minerales o en los continentes”—, lo que la llevó a reflexionar sobre la relación entre la materialidad y el significado y la idea de compromiso —usó en inglés el término engagement, hablando del compromiso social de la arquitectura y la arquitecta, pero también de la manera como una obra arquitectónica involucra a quienes la usan o la ocupan.

Al explicar esas ideas, Escobedo hizo referencia a distintos proyectos que han sido importantes en su carrera de ya casi veinte años —estableció su oficina en el 2006, pero en 2004, junto con Alejandro Alarcón, diseñó la Casa Negra—, como el pabellón del Eco y La Tallera, ambos del 2010, la intervención en la Trienal de Arquitectura de Lisboa, Civic Stage (2013), el pabellón de la Serpentine Gallery (2018), o El Otro, investigación que se presentó por primera vez en el 2012, en Liga, y en una versión distinta en el 2018 en el Museo Guggenheim de Bilbao y, un año después, en el Museo Franz Mayer en el marco del Festival de Arquitectura y Cuidad MEXTRÓPOLI. También se refirió al pensamiento de escritores y pensadores como Roger Caillois, Octavio Paz y Édouard Glissant, de quien mencionó el libro Trité du Tout-monde y el concepto de mundialidad —el hacer presente las culturas desde el respeto a lo Diverso.

Sobre la nueva ala del Met, Escobedo señaló como una idea central la fluidez, aclarando que sus proyectos “no se piensan para organizarla sino casi para instigarla” y afirmó: “mi arquitectura no es una arquitectura del control.”