¿Por qué arquitectura? una pausa y un panorama: sobre The Brutalist o El Brutalista.
A veces soy de los que piensa que ir al cine en las tardes puede ser una perdida de tiempo, [...]
30 enero, 2025
por Erik Carranza L. | Twitter: SA_Anonima | Instagram: SA_Anonima | linktr.ee: Anonima_arquitectura
Paisaje con el funeral de Foción, del artista francés Nicolas Poussin.
“stomping along on this big Philips Johnson
is delay just wasting my time
looking across at Richard Rogers
scheming dreams to blow both their minds
it’s difficult you see
to give up baby
to leave a job
when you know the moneys from day to day
all the majesty of a city landscape
all the soaring days of our lives
all the concrete dreams in my mind’s eye
all the joy i see through these architect’s eyes”
Thru’ These Architects Eyes
David Bowie, Outside, 1995.
Estoy por cumplir 50 años y en realidad no se que significa llegar a esa edad, parafraseando a Enrique Bunbury creo que “perdí mi apuesta por la arquitectura”, claro, el habla del rock n´roll, yo hablo sobre lo que me dedico; hay arquitectos que saben exactamente a lo que se dedican, los que diseñan, los que construyen, los que son inmobiliarios, los teóricos, los académicos, los que escriben, los que especifican, etc…, yo como muchos otros que nos cuestionamos constantemente sobre la arquitectura, he hecho de todo. Me interesan todas las vertientes de la arquitectura y la diversificación de la práctica y creo que me defino mas como eso, como un practicante espacial con aciertos y errores, y cada año de celebración, se presenta el cuestionamiento de eso, de lo que uno hace, por qué y para qué lo hace, así que un poco para evitar esa pregunta exactamente el día de mi cumpleaños, en los últimos años he decidido auto regalarme o auto dedicarme cosas que involucren cierta preparación (previa, durante o posterior, por ejemplo este texto y aprender a escribir creo que es la culminación de esa preparación de los 49 a los 50 años). Así, a los 42 años decidí correr un maratón con todo lo que conlleva eso: entrenamiento, alimentación, etc…, en otro año decidí realizar un recorrido al estadio de los Yankees y verlos jugar contra los Leones de Detroit y lo que implica dedicarle todo un día al beisbol con lo lento y aburrido que puede resultar para algunos, es decir, los acompañantes.
El año pasado, en el 2024 decidí reservar un par de recorridos en New Canaan, en el condado de Fairfield en el estado de Connecticut. New Canaan es conocido por los “cinco de Harvard” y las casas modernas construidas por Philip Johnson, Marcel Breuer, Landis Gores, John M. Johansen y Eliot Noyes entre los años 40 y los 60 que convirtieron a New Canaan “en el centro de la experimentación del movimiento moderno en cuanto a materiales, métodos de construcción, espacio y forma”, entre otros arquitectos también se encuentran casas de Victor Christ-Janer, John Black Lee, Allan Gelbin, Hugh Smallen y de Frank Lloyd Wright que en el 2023 se vendió una casa diseñada por él en $8 millones de dólares.
Para llegar a New Canaan, el recorrido inició desde el punto de partida en Brooklyn para llegar a la estación de Harlem-125th street via el MTA Metro-North Railroad y de ahí hacer una transferencia en Standford en el Connecticut Commuter Rail, un viaje con tiempos de espera incluidos de 2 horas aproximadamente que bien vale la pena hacer para poner a prueba la paciencia y reducir la velocidad y el estrés que uno trae de una ciudad como Nueva York.
La visita.
El primer recorrido agendado fue a Grace Farms de SANAA y su River Building y el segundo a The Glass House de Philip Johnson de 1949 exactamente el día que reabrieron The Brick House tras su proceso de remodelación para su conservación.
Por temas de distancia (espera de Uber por casi 50 minutos en Grace Farms) llegamos ligeramente tarde al punto de encuentro en The Glass House, National Trust for Historic Preservation desde el cual nos condujeron con prisa en una camioneta a la casa de Philip Johnson para iniciar el recorrido. Una vez después de saludar al grupo, a la guía y pedir disculpas por el retraso nos acercarnos a la casa y al entrar a su interior empezó esta narrativa mental con la primera impresión del espacio, su transparencia y su extensión con un paisaje de ensueño para después toparme con una de las dos obras de arte en la sala de estar (“dos mujeres circenses”, escultura de 1930 de Elie Nadelman, hecha de una armadura de papel maché sobre yeso con tirantes internos de bambú), y “el entierro de Foción” o “paisaje con el funeral de Foción” del artista francés Nicolas Poussin de 1648-49. La importancia del cuadro en el interior de la casa, nos contó la guía del recorrido, es que hace extensivo desde el interior el paisaje de New Canaan, Connecticut, visto desde la silla Barcelona de Mies van der Rohe donde Philip Johnson se sentaba.
Philip Johnson dejó un manual de cómo mantener la casa, en el cuál, indicaba exactamente centímetro a centímetro en donde tenía que estar ubicado cada uno de los muebles, incluso la altura a la que tenía que estar cortado el pasto para lograr la integración de la arquitectura con el paisaje de Connecticut, dato importante para entender cómo este cuadro no termina en el marco sino que se extiende hacia su extremo izquierdo, al poniente, hacia el lago y a el pabellón donde Phillip jugaba con sus invitados. La silla Barcelona no está exactamente centrada al cuadro, está ligeramente cargada tres cuartos a la derecha de este para obligar a la mirada de quien se sentará ahí a ver hacia el extremo de la casa donde se encuentra el ventanal que divide el interior con el exterior; aquí el punto de partida desde donde quiero narrar este cuadro, desde los ojos de Philip Johnson (con una altura de 1.78 m, es decir, 5´10”) viendo a través de sus lentes circulares de pasta negros sentado en esa silla, en la que, al día de hoy nadie se puede sentar por el sentido de conservación, pero desde donde trataré de contar una narrativa de esa mirada y esa visión.
La vista.
Si uno imaginariamente se sienta en la silla Barcelona de Mies de 1929 fabricada por Knoll Internacional y trata de ver lo que Philip Johnson veía a través de de sus lentes de pasta negros diseñados por la casa Cartier semejantes a los de Le Corbusier (las famosas gafas de búho), uno, se encontrará con una vista frontal primero con 12 planos, 9 horizontales y 3 verticales, donde los planos horizontales están compuestos por:
La vista de Philip Johnson remata con el árbol del cuadro que está cargado por una de sus ramas hacia la izquierda, casi dando la instrucción de voltear hacia ese lado y perder de vista la chimenea con su vidrio templado que está cargada hacia el lado derecho e integrada a un volumen cilíndrico que contiene, además el baño, el cual curiosamente su plafón está recubierto ¡por un patrón de escamas de cuero!; ¡que manera de rendirle tributo a Mies en el baño Philip!.
La mirada.
La decisión de ese par de obras fue una responsabilidad compartida con David Whitney, pareja durante 45 años de Philip, crítico de arte y curador que ayudó a diseñar el paisaje y la colección de la casa de cristal.
En el funeral vemos a Foción como una pequeña montaña blanca en un doble paisaje, el del fondo, el de Connecticut y el del cuadro, el de Atenas, cargado en una camilla de madera por dos individuos hacia su entierro sobre un camino ondulado y zigzaguente que va desde la montaña superior del cuadro hasta las afueras de la ciudad, pasa por monumento funerarios en su plano inmediato marcando ”…un contraste entre el entierro de vergüenza que recibe Foción y el entierro de gloria y fama que habría recibido al morir, de no haber sido falsamente juzgado por traición”, pasa por edificaciones que conforman arquitectura y ciudad en el plano superior y piedras sobre piedras como principio espacial de construcción, cotidianeidad que olvida la bondad y a “el bueno” como se le conocía a Foción, pastores paseando a su rebaño, una carreta sobre el mismo camino, vida pública, cuerpos de agua y naturaleza pintados en tonalidades ocres y verdes obscuras marcando una tristeza iluminada, a diferencia del segundo cuadro que completa la serie, Las cenizas de Foción recogidas por su viuda, que muestra una tristeza completamente obscura, donde vemos a su esposa acompañada de otra mujer (posiblemente es su hija o una persona que apoyaba a la pareja en el servicio doméstico) donde “la forma en que la luz cae sobre el lienzo de este cuadro aumenta aún más el dramatismo de la historia; las sombras que caen fuera de los muros de la ciudad dan un tono lúgubre al cuadro. Estas sombras parecen reflejar el triste acontecimiento de la recogida de las cenizas de Foción. Los árboles del primer plano del cuadro enmarcan el paisaje y atraen la mirada del espectador hacia el fondo de la composición. Estos árboles representan un elemento arquitectónico creado por la naturaleza que realza los elementos arquitectónicos (creados por) el hombre”.
Paisaje sobre paisajes, tristeza sobre tristezas, tierra sobre tierras, árboles sobre naturalezas, montañas sobre una montaña blanca que esta colocada a la misma altura de la floor lamp (lampara de piso) que interrumpe la vista del cuadro desde la distancia de esa mirada de Philip en la que apreció la armonía de la naturaleza, la virtud del hombre y escucho mental y constantemente:
Montañas somos y en polvo nos convertiremos,
y por el camino está la tierra para rehacernos.
Existen tres versiones conocidas de ese cuadro:
Si yo tuviera que escoger un cuadro, el cual ver todos los días de mi vida y que tuviera que estar en mi casa para poder contemplarlo, entenderlo y estudiarlo creo que ese sería un doble cuadro, una doble representación, el de “El sueño del arquitecto” de Thomas Cole que pintó para el arquitecto neoyorquino Ithiel Town y el otro sería la reinterpretación que hacen Denise Scott Brown y Robert Venturi en “El sueño del arquitecto aumentado” y del cual ya he escrito algo sobre esto en esta misma sección de columnas y por mi bien y por el de los demás espero no llegar a esos 95 años de Johnson y hacer algo para celebrar o…..¿por que no? ¡posiblemente, sí!, viajar como regalo de cumpleaños a esos 95 años al Museo de Arte de Toledo, ubicado en el 2445 de la Calle Monroe de la ciudad de Ohio, sentarse en una banca, apreciar “El sueño del arquitecto” de Thomas Cole y dormir como montaña blanca para soñar con él, ese, seria un buen sueño “…concreto en los ojos de mi mente y de toda la alegría que veo a través de los ojos de estos arquitectos”.
Philip Cortelyou Johnson nació un 8 de julio de 1906 en Cleveland, Ohio y murió un martes 25 de enero de 2005 en New Canaan, Connecticut. Este sábado 25 de enero de 2025 se cumplen 20 años de su muerte.
Phillip C. Johnson apreciando el paisaje de New Canaan en su casa.
Referencias
A veces soy de los que piensa que ir al cine en las tardes puede ser una perdida de tiempo, [...]
“la historia de la ciudad es en gran medida la historia de su propia búsqueda de poder” Valerie Pelay. Últimamente, [...]