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Conversación con el equipo curatorial de “Feria Libre de Arquitectura” | Bienal de Arquitectura y Urbanismo de Chile 2019

Conversación con el equipo curatorial de “Feria Libre de Arquitectura” | Bienal de Arquitectura y Urbanismo de Chile 2019

11 abril, 2019
por Maximillian Nowotka | Twitter: mnowotka | Instagram: mnowotka

 

Un espacio “común, corriente y colectivo” es el objetivo planteado por el equipo curatorial de la próxima Bienal de Arquitectura y Urbanismo de Chile en 2019.

Con acciones planificadas en varias ciudades de Chile, la denominada Feria Libre de Arquitectura expondrá entre el 03 y el 27 de octubre de 2019 los resultados de las próximas convocatorias orientadas a trabajos profesionales y académicos desde una perspectiva práctica y teórica que expresen dicha voluntad de lo común, lo doméstico y lo colectivo a través de obras, proyectos, publicaciones e investigaciones.

Conversamos con el equipo curatorial de la bienal conformado por Beatriz Coeffé, Vesna Obilinovic, Joaquín González, Juan Pablo Urrutia y Tomás Villalón.

Maximillian Nowotka : ¿Cómo se conforman como equipo curatorial? ¿Habían trabajado juntos previamente? Cuéntennos un poco sobre ustedes.

Equipo Curatorial : Somos cinco arquitectos jóvenes, todos sub-40, tres hombres y dos mujeres. Tres de nosotros (Juan Pablo, Joaquín y Beatriz) pertenecemos al “Grupo Arquitectura Caliente” (GAC), un colectivo independiente que nació hace más de 10 años con el fin de reflexionar acerca de la enseñanza de la arquitectura y discutir los alcances de la disciplina a nivel nacional. El enfoque de GAC se alinea en gran parte con la propuesta de la bienal, la promoción de la arquitectura a través de la acción colaborativa entre la academia y la profesión. Bajo esta idea, desde el 2006 hemos organizado actividades regulares que vinculan a las partes interesadas a través de concursos, seminarios, workshops, ferias y publicaciones. Tomás y Vesna han sido partícipes y colaboradores de muchas de estas instancias. Esto nos permitió alinearnos fácilmente para la definición de los criterios curatoriales, como también para establecer una lógica de trabajo transversal y con roles diferenciados según nuestra área de especialidad.

Nuestro equipo además se ha involucrado de distintas maneras con las anteriores Bienales. Desde el 2008 Arquitectura Caliente y sus concursos (CNPT y CNPP) han formado parte de la muestra nacional y en el 2015 el equipo participó de la organización y producción de la XIX Bienal de Arquitectura y Urbanismo, que en esa oportunidad se trasladó por primera vez a la ciudad de Valparaíso alcanzando una de las mayores convocatorias en la historia del evento. Por otro lado, destaca la participación de Tomás Villalón en el diseño de “Stadium”, el pabellón que representó a Chile en la última Bienal de Arquitectura en Venecia que hoy se exhibe en el Museo de Arte Contemporáneo.

Diseñar una Bienal de arquitectura que se acerque a la sociedad es, cada vez más, una necesidad. ¿Cómo creen que esta edición de la Bienal de arquitectura de Chile lo logrará?

Efectivamente, uno de los principales desafíos de las últimas bienales de nuestro país ha sido acercar la arquitectura a las personas, convirtiéndolas en un espacio de encuentro real con la ciudadanía. Este año pensamos lograrlo centrándonos en lo común y lo corriente, para crear una Feria Libre de Arquitectura, en espacios emblemáticos de cinco ciudades del país, durante todo un mes.

Cuando decimos común y corriente, nos referimos a soluciones para los “ni tan ricos, ni tan pobres”, considerando que durante las últimas décadas se ha puesto en valor la arquitectura de las grandes obras o, en oposición, la arquitectura de la austeridad y que así se han dejado fuera de la discusión disciplinar los deseos y necesidades de la mayoría en Chile.

Cuando hablamos de espacios emblemáticos nos referimos a lugares como el Barrio Franklin de Santiago, un sector comercial o, más bien, una gran feria popular que ofrece productos que reflejan la cultura de nuestro país y servicios diversos de emprendedores locales y migrantes, en un entorno con valor patrimonial y mucha historia. Al querer ser una “Feria Libre de Arquitectura” se busca homologar ese carácter para la Bienal en forma y fondo: convertirse en un escenario para ofrecer proyectos, publicaciones e investigaciones de chilenos, extranjeros, profesionales, académicos, estudiantes y sector público a una audiencia general. La idea es promover el siguiente intercambio: llevar la arquitectura a la ciudadanía y traer lo común a la arquitectura.

¿Cuáles consideran serán los impactos de la Bienal ?

Al centrarnos en “lo común y lo corriente” buscamos detonar una reflexión sobre la arquitectura común y corriente en Chile, visibilizando necesidades de las personas y poniéndolas en diálogos con la diversidad de respuestas posibles. Así, esta bienal busca convocar el interés del público tradicional, natural de este tipo de eventos (arquitectos, académicos y estudiantes de todo el país; personas de instituciones públicas, privadas y de la sociedad civil que realizan labores vinculadas a la arquitectura y el urbanismo); y, además, el del mencionado público “común y corriente”.

En este marco, se busca que esta Bienal se recuerde como aquella que reveló los beneficios directos de la arquitectura para la vida cotidiana de las personas comunes y corrientes -más que una de grandes discursos respecto a temas estructurales-, abordando temáticas cotidianas, desde distintos puntos de vista, y proponiendo soluciones realizables, en espacios conocidos y queridos por todos. También es un desafío convocar a este público común y corriente a lo “común”, entendido como lo colectivo, lo público, lo compartido en un momento histórico y político donde prima lo individual.

Este año la BIAU en Asunción, la Bienal de arquitectura de São Paulo y la Bienal de Arquitectura de Chile, al menos en su planteamiento, desdibujan los límites de lo disciplinar y enfocan sus temas hacia lo cotidiano, hacia lo que sucede en el día a día, lo común y lo invisible por décadas. ¿Qué pasa con la arquitectura común y corriente?

Como dijimos anteriormente, durante décadas se ha celebrado, alabado, difundido, presentado y discutido una arquitectura de grandes obras y presupuestos. Luego, se incorporó a la discusión la arquitectura elemental, de lo mínimo, de lo más básico, la de la extrema pobreza. Sin embargo, nuestra propuesta apela al contexto socio económico de Chile, un país que aún no es desarrollado pero que si está en vías de desarrollo y que, por lo tanto, tiene una gran grupo -mayoritario- de personas que pertenecen a los sectores medios y que necesitan una arquitectura común y corriente.

 

Bajo ese planteamiento ¿Consideran que la Feria Libre de Arquitectura pone en crisis o cuestiona lo que conocemos como una bienal de arquitectura? 

Claro que sí. Tradicionalmente las bienales de arquitectura y urbanismo en Chile perpetuaban un modelo de exhibición cercano al de las muestras de arte en los museos, es decir, dentro de un solo espacio contenedor se reunía una cuidada selección de obras y proyectos que mostraban lo “mejor” de la arquitectura chilena. La apuesta de esta bienal es salir a la calle, al barrio y encontrarse con el público y que éste, a la vez, se encuentre con la muestra y las actividades que giran en torno al evento.

Este despliegue se realizará a nivel local en el Barrio Franklin en Santiago como también en las cuatro ciudades del país donde se replicarán actividades y muestras relevantes. En el Barrio Franklin, la bienal saldrá del clásico edificio contenedor, para extenderse en tres espacios: el Teatro Huemul, el Galpón de los Cerdos y el Persa Víctor Manuel, además de considerar actividades en distintos puntos del barrio.

Por otra parte, nos hemos aventurado a buscar aquellos proyectos que intentan solucionar o reflexionar acerca de las necesidades de la mayoría. En este sentido, no sólo el despliegue territorial del evento se aproxima a la ciudadanía, sino que también el contenido.

En ese caso ¿Qué novedades podremos ver en la próxima Bienal?

Una de las novedades de esta Bienal es que el montaje consistirá en acciones territoriales y activación del espacio público desplegando una serie de carros móviles que recorrerán los espacios de las distintas ciudades involucradas (Iquique, La Serena, Santiago, Concepción y Puerto Montt) presentando contenidos o actividades como cine itinerante, foros de discusión, anaqueles de maquetas para los niños, entre otros.

Por otra parte, las convocatorias han incluido nuevas categorías que permitirán tener una muestra variada y actualizada de la producción nacional en torno a la arquitectura. En el caso de la convocatoria de obras, se suman los proyectos urbanos y de creación artística; se incorpora una convocatoria especial para proyectos de estudiantes de segundo a quinto año y proyectos de título (final de carrera); la convocatoria de investigaciones, tradicionalmente enfocada en profesionales se abre en esta oportunidad a trabajos de estudiantes; en el caso de la convocatoria de publicaciones se suman formatos contemporáneos de difusión como las páginas web, blogs, fanzines y otras divulgaciones artesanales; finalmente, se ha abierto una convocatoria de actividades para todos quienes deseen participar en el programa a través de la gestión de foros, talleres, lanzamientos e intervenciones.

¿Pueden adelantarnos algunos detalles sobre el programa público de la Bienal de este año?

Si bien a la fecha no podemos revelar el programa, una de las novedades de esta Bienal es que las actividades a realizar están diseñadas para un público amplio con diferentes intereses y niveles de especialización. En este sentido, se realizarán aulas abiertas y talleres prácticos en los horarios matutinos, mientras que por la tarde los foros y conferencias abrirán la discusión disciplinar. Además, se realizará un workshop de estudiantes de arquitectura.

Por último, tras el reciente anuncio del nuevo Premio Nacional de Arquitectura por parte del Colegio de Arquitectos de Chile, podemos asegurar la participación de Miguel Lawner en una conferencia magistral y una exhibición retrospectiva de su obra y vida.

Para finalizar, hacer una llamada abierta es un ejercicio democrático para la Bienal, no obstante, siempre puede ser un ejercicio riesgoso, ¿Cuáles son los criterios para seleccionar el resultado de esta convocatoria?

Estamos privilegiando la democracia por sobre todas las cosas, sabiendo los riesgos que ello implica. La clave está en escoger un jurado experto, ad hoc a los criterios curatoriales, para garantizar una selección que resguarde la mirada que buscamos: obras sencillas, austeras, dirigidas a un público común y corriente, que resuelvan problemas de vivir cotidiano y colectivo.

 

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Fotografías : Bruno Giliberto

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