Inflexiones: convertirse en lo que aún está por ser
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¡Felices fiestas!
19 julio, 2012
por Andrea Griborio | Twitter: andrea_griborio | Instagram: andremonida
La arquitectura es útil a la humanidad por que conserva la vida en el tiempo y genera discontinuidades en el espacio; construye lugares que permite almacenar historias y ser referencias en el desarrollo de la vida. Si la utilidad de la arquitectura se logra al construir lugares, es en el entendimiento de las formas propias de la naturaleza que se descubre la clave para tal función, formas que se encuentran en la oposición entre lo cóncavo y lo convexo y sus compatibilidades, que como nociones topológicas que son, dependen de la posición relativa y refieren por antonomasia dos formas: recipientes y agujas.
Si lo cóncavo almacena y lo convexo orienta, señala o refiere; es en la sintaxis construida entre ambos que se constituye el paradigma de las formas arquitectónicas, es allí donde la memoria nos obliga a rescatar desde los orígenes de la civilización aquellas formas que el hombre se ha visto obligado a crear con fines utilitarios, como los graneros, silos y estanques. Como arquetipos, éstos protegen lo almacenado de cambios de temperatura y humedad, guardan la vida en el tiempo y a su vez, construyen lugares en el espacio que permiten la orientación y se constituyen como referencias monumentales. Conservar y referir, como utilidad de la forma, como esencia de diversos lugares, museos, tumbas o estanques.
En Chile se convocó a un arquitecto para el rescate de algunos estanques destruidos durante el terremoto de 2010. Mathias Klotz intervino estas estructuras hidráulicas con la finalidad de aportar un valor estético y urbano desde el entendimiento arquitectónico de formas útiles para el almacenamiento del agua. El proyecto reconstruye el Estanque de Rancagua –primero de la serie en ser inaugurado– a partir de un monumento de vida en el paisaje, rescata la memoria y otorga continuidad en el tiempo y referencia en el espacio. El ‘estanque membrillar’ otorga al arquetipo variaciones contemporáneas que recuperan la naturaleza propia de la arquitectura.
Se trata de formas propias útiles como parte de los procesos de producción del ser humano y lugares en el tiempo y espacio, a través de la reconstrucción de la forma en su esencia. El proyecto incorpora una serie de placas metálicas en la fachada que denota la presencia del monumento, no sólo por recubrir la totalidad de su dimensión con una singular textura sino también por otorgar la capacidad de producir ruido y movimiento al hacer del arquetipo de la conservación un hito como referente contemporáneo.
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