La traza del pentapichichi. Encuentro núm. 2: Sánchez vs. Sánchez (y una breve anécdota sobre un ratón)
Todo se lo debo a la Jardín Balbuena (mi manager) y a la Virgen de Guadalupe Parafraseando a Raúl El [...]
27 septiembre, 2023
por Erik Carranza L. | Twitter: SA_Anonima | Instagram: SA_Anonima | linktr.ee: Anonima_arquitectura
#FuerzaMéxico, 19 de septiembre de 1985, año LVII, no. 20,939, 850923, Anónima + Copal patinetas tecnología PSSTIX (Professor Paul Schmitt).
“si uno se pregunta porque uno hace lo que hace
sólo habría de voltear a revisar su pasado,
recordar los espacios de la infancia, de la juventud
y ahí uno encontrará la respuesta”
Erik Carranza en Mario Pani y el JFK skatepark
La portada es de La Prensa, “el periódico que dice lo que otros callan”, $50.00 pesos el precio por ejemplar, de un lunes 23 de septiembre de 1985 en México, D.F., Año LVII, no. 20,939 bajo la Dirección General del Gerente Mario Santaella. En la portada “PERMANENTE AYUDA DE EU. Hasta superar los resultados de la catástrofe, ofreció Reagan a MMH” (página 3), y con un subtítulo superior: “DEBERÍA DE ESTAR CON LOS MEXICANOS QUE SUFREN, ANTE LA VIRGEN DE GUADALUPE: JUAN PABLO II” (misma página 3). Dos titulares sobre sismo, política y religión. En esta misma un par de imágenes, la del lado izquierdo el Conjunto Urbano Nonoalco Tlatelolco, con los edificios de Coahuila, Zacatecas (aún en pie) y Oaxaca (ya demolido) sobre Avenida Paseo de la Reforma (en la contraportada se lee: “Tlatelolco, Ciudad Fantasma”, fotos de Francisco Picco. Y del lado derecho el Templo Expiatorio a Cristo Rey en el conjunto de la Basílica de Guadalupe de fondo, dos feligreses arrodillados en camino hacia ese edificio en el Atrio de las Américas.
Ese periódico lo vi por primera vez en el departamento de mis abuelos, quienes vivían en la colonia Jardín Balbuena, en el retorno 1 de la calle Jesús Galindo y Villa, parte del conjunto de edificios de la Unidad 3, que tuvieron que ser reestructurados después del sismo de 1985 (aún recuerdo pasar muchos años en una de sus bibliotecas públicas investigando temas escolares). Durante algún tiempo, según yo, ese periódico permaneció guardado en una antigua e inservible lavadora Hoover color rosa por una sencilla razón: a mis abuelos no les gustaba deshacerse de sus electrodomésticos, tenían la premisa de que todo lo antiguo era mejor y había hasta dos refrigeradores funcionando en el área de su sala-comedor para tal razonamiento. El día que intenté recuperar aquel diario no lo encontré en ese archivero antiguo, ni en ningún otro lado de su departamento. Así se inició un peregrinar para encontrar ese periódico que tenía la singularidad de que yo aparecía en el interior de las páginas 12 y 41. Fui a la Hemeroteca de la Biblioteca de México José Vasconcelos años después de haber terminado la carrera para ver si podía volver a verme en las páginas centrales de “el periódico de mayor circulación”. No tuve suerte porque no recordaba qué fecha tenía hasta que un día apareció una copia en los archivos y registros que guardaba la familia de mi socia y novia. Haciendo limpieza de ese archivo encontramos una serie de periódicos que recopilaban las noticias del sismo del 19 de septiembre de 1985 y varios días después, entre ellos el del 23 de septiembre. Yo no pude identificarme en las páginas pero ella lo hizo con la descripción que le había dado: “estoy parado frente a una pipa de agua con una playera de Mickey Mouse en la explanada sede del edificio de la antigua Delegación Venustiano Carranza, diseñada por Juan José Diaz Infante Nuñez, Enrique de la Mora y Eduardo Echeverría en 1973. De fondo se ve la Unidad Habitacional John F. Kennedy, de Mario Pani, de 1964, sobre el Eje 3 Oriente, Francisco del Paso y Troncoso en la Colonia Jardín Balbuena, diseñada por los arquitectos Felix Sánchez Baylón, Raúl Izquierdo y A. Sánchez Tagle”. Esas no fueron exactamente las palabras, más bien era una síntesis de tres referentes urbano-arquitectónicos y de lo orgulloso que estaba por haber crecido en esa colonia que me había marcado y a la cual culpo en ocasiones de mi formación profesional.
Los tres referentes son de alguna forma la síntesis de la ciudad en la que me tocó crecer en esos días. La calle, la explanada y el conjunto de edificios en esa fotografía, que se publicó cuatro días después del sismo de 1985, no sólo conforman un momento congelado y un recuerdo de la infancia, representan también los que quizá sean los dos temas importantes para el futuro de la Ciudad de México: el agua y los sismos.
En un ensayo sobre la calle, “Mario Pani y el JFK skatepark”, he escrito sobre las manzanas libres de tráfico diseñadas bajo cuatro conceptos de traza urbana: cerradas, andadores con cerradas, supermanzana y parrilla, principios que marcaron de alguna manera mi manera de desplazarme en esa colonia y entender ese fragmento de ciudad.
Sobre la explanada de la Delegación Venustiano Carranza, en “Las células que (ya no) explotan”, he descrito su transformación y consolidación ya no sólo como un espacio cívico (para las fiestas patrias y celebraciones) sino también lúdico (ferias, una de las más importantes es la de la torta), deportivo (canchas de basquetbol y spots para patinar), recreativo (ahí aprendí a andar en bici), cultural (ahí asistí a mi primer concierto masivo), comercial (mercados navideños), militar (ahí escuché mi nombre, seguido de las palabras “bola negra”, para obtener mi cartilla de servicio militar) y personal. La explanada está junto al edificio de la sede delegacional (hoy alcaldía). Su plaza hundida, su edificio judicial, de correos y registro civil, han tenido una serie de modificaciones no sólo por el sismo de 1985 y el de 2017, sino también por las intervenciones de las autoridades en sus celosías, portales, ménsulas, tensores, escalinatas, balcón ceremonial, domo, iluminación, pavimentos, fuentes y jardineras que le han quitado esa cualidad de amplitud, comunicación y dinamismo que tenía con su sistema constructivo, su estructura, su arquitectura y su diseño urbano.
La Unidad Habitacional John F. Kennedy fue en su momento un conjunto de viviendas para los trabajadores de las artes gráficas y de la UOAG (Unión de Obreros de Artes Gráficas), talleres, similares y conexos con fondos de sindicatos de trabajadores estadounidenses y del FOV (Fondo para la Vivienda), dentro del programa Alianzas para el Progreso, que nunca llegó a inaugurar el presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy. Quizá este, y no el Conjunto Urbano Nonoalco Tlatelolco, tenía que haber aparecido en la portada del periódico La Prensa de ese día. Hubiera sido una gran articulación de eventos.
La tabla es de Copal, de la serie #FuerzaMéxico, hashtag que surgió el 19 de septiembre de 2017, después del sismo que sucedió a las 13:40:40 hrs., con 7.1º de magnitud y epicentro a 12 km del sureste de Axochiapan, Morelos. Copal sacó una serie de tres parches (copal patinetas, Tlaltecujtli[1] y México) para apoyar los temas de la reconstrucción del sismo de ese año en la comunidad de Juchitán, en Oaxaca. Copal es una marca de patinetas mexicana que tuve la oportunidad de conocer cuando estaba haciendo una serie de entrevistas sobre el tema de “skateboarding, espacio público y arquitectura” para el libro que sigue en proceso y que se convirtió hoy en esta serie de textos sobre el tema. Un día recibí a Obed García en mi estudio y platique con el sobre cómo había nacido la marca, de sus antecedentes como persona, como patinador y como joven empresario, y de cómo veía la escena del skateboarding allá por el año 2014. Al terminar nuestra conversación, le pedí que me dibujara un mapa mental de la ciudad y su relación con el skateboarding, en ese dibujo indicó varios spots entre los que se encuentran: la barda de Iztacalco; algo que parecen ser los banks de Chabacano; la barda del Monumento a la Madre (hoy PUMM, Paseo Urbano Monumento a la Madre); los 10 escalones de Consti (hoy el skatepark del Bosque de Chapultepec, mutilado por los trabajos del cablebús); la 6ta sección de Lomas Verdes, Tultitlán; los Termas (Francisco Daniel y Luis Antonio Medina, los hermanos termita); y las Marraneras de Coacalco, Ecatepec e Izcalli y su relación con Louie Lopez. En 2013 Copal ya había construido (y hablo en plural por la referencia que siempre hace Obed, “la marca es toda la gente”) el bowl de concreto conocido como La Pipa en Bosques primera o Bosque de Hacienda en Cuautitlán Izcalli, bajo el proyecto de “recuperación de espacios perdidos” del municipio y con la asesoría técnica de José Antonio Rups. De esa conversación del 2014 con Enrique Obed García Castillo de Copal patinetas (de la cual seguramente él ya no se acuerda), de ese cruce en el camino e intercambio que cambió de alguna manera mi forma de ver ciertos temas de la vida profesional, nace esta colaboración, para el diseño de esta tabla, que tiene como objetivo enmarcar ese lema que me hizo repensar reaccionar ante lo que estaba haciendo, “cooperación sobre competencia”. Gracias a Néstor Ramos, también de Copal, por la comunicación y el seguimiento al diseño y la producción; y a Isabel Pérez por todas las pruebas y ajustes en el diseño de esta tabla.
Y ahí estoy yo, a los 10 años de edad viendo de frente al fotógrafo de La Prensa que estaba registrando lo que sucedía. No sé si es Raúl Hernández, Carlos Peláez, Baltasar Torres, Gildardo Solís, Ismael Chumacero, Rogelio Rojas, Francisco Serna o Francisco Picco, para mí están todos ellos sintetizados en la captura de una foto. Quien fuere, está parado sobre una de las cuatro fuentes tradicionales de la explanada de la delegación (donde muchas veces me senté o llegué a patinar). En cambio yo estoy parado –vestido con un pantalón rojo tipo cargo, una playera sin mangas con motivos de Disneylandia, tenis blancos con el swoosh de Nike también en rojo–, mientras trato de entender la magnitud de lo que había pasado, preguntando qué le había sucedido a La Ciudad que hace 10 años era un escenario por completo diferente.
Y ahí estoy yo, años después con el periódico en la mano, escuchando a mi padre hablar de ese 19 de septiembre de 1985 en el que mientras manejaba le tocó ver cómo colapsaban varios edificios, cómo se movían y tambaleaban autos y tendidos eléctricos, y en el que días después tuvo que reconocer el cuerpo de un amigo en el caído Hotel Regis (el “Titanic de los hoteles”) en Av. Juárez 77; obra de los ingenieros Pedro M. Vallejo y Miguel Rebolledo, que estaba frente a ese otro Hotel, el del Prado y su historia folletinesca, a un costado de la Alameda Central en el Centro Histórico de esta, La Ciudad.
Hoy en día, exactamente donde se colocaban las pipas en la que hacíamos fila, se encuentra un avión que funciona como una Biblioteca Virtual: la o el Tlatoani[2], que es un McDonell Douglas DC9-14 de Aerocaribe, cuya única particularidad es que tiene un simulador de vuelo para los que quieren volar sin despegar, y quienes quieren evitar estar en tierra y sentir el movimiento y dolor que muchas veces provoca un sismo y una caída.
Este texto forma parte del proyecto de investigación Ciudad cuerpo y deporte urbano del Sistema Nacional de Creadores de Arte en Arquitectura (diseño arquitectónico).
Notas:
1. Tlaltecujtli, diosa de la tierra del cual nació el orden las plantas y la humanidad y se representa a menudo en la posición de parto característica de una mujer al dar a luz.
2. Tlatoani fue el término usado para designar a los gobernantes de La Ciudad, al territorio, es “el que habla, el orador”, diría yo es al que “los demás escuchan”.
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