Sucia paloma urbana o sobre esas (Re)laciones interespecies en la ciudad I
¿De verdad existen las aves? ¿Son las palomas un símbolo de paz y unión, o de suciedad urbana? ¿Qué tiene [...]
19 febrero, 2019
por Erik Carranza L. | Twitter: SA_Anonima | Instagram: SA_Anonima | linktr.ee: Anonima_arquitectura
“Yo creo que hoy la ciudad suena a cumbia. Es decir, suena a cientos de ritmos musicales de las innumerables salas de concierto y festivales, un signo inequívoco de la recuperación de la ciudad y su vitalidad cultural.”
Guillermo Osorno, Habla ciudad: Ciudad de México
“La vivienda es la célula esencial del tejido urbano.”
Carta de Atenas, 1931
La célula
Este 19 de febrero de 2019 se cumplen 24 años de aquel inolvidable concierto masivo al aire libre del grupo mexicano de rock en español Caifanes. Fue en la explanada de la Delegación Venustiano Carranza(1) del antiguo Distrito Federal. Ese día histórico pasamos del “hoyo funky” y del antro (bar) al encuentro con el espacio público que después se convirtió en enfrentamiento.
La primera vez de ese encuentro con el espacio abierto puede tener dos antecedentes. Uno en el festival de rock y ruedas en Avándaro —pero al no estar inserto en un contexto urbano, lo retomo más como evento social con repercusiones políticas— y otro, los conciertos en apoyo al EZLN en los islotes de CU, que al ser territorio autónomo también caerían en una categoría de un evento con repercusiones no urbano-arquitectónicas.
¿Qué pasó ese 19 de febrero de 1995?
La respuesta más directa es que no pudimos con el espacio abierto, con el aire libre, punto.
Desde la Avenida Francisco del Paso y Troncoso se veía llegar gente del norte, viniendo de la estación de metro Moctezuma de la línea 1, del sur de la Magadalena Mixiuhca de la línea 9 y por la Avenida Fray Servando Teresa de Mier, del poniente desde la estación del metro Fray Servando de la línea 4. Los demás que vivíamos en las unidades habitacionales que rodean a esta explanada estábamos ya ahí o en las azoteas de los edificios.
Al llegar nos encontramos ante un espacio abierto sin límites, sin restricciones y ante la mala organización —el concierto inicio una hora antes(2)— nos tuvimos que manifestar con un camión en llamas, con una batalla campal contra la autoridad, con detenidos, pero sobre todo con la falta de entendimiento de lo público del espacio. Intervenimos o, mejor dicho, tomamos parte del espacio público con los recursos que teníamos al alcance (nuestras propias manos y el cuerpo como herramienta) y en consecuencia los conciertos masivos al aire libre se prohibieron, como expresión, manifestación y necesidad cultural durante varios años hasta que la empresa de eventos OCESA tomo el control de ellos.(3)
El sitio setlist.fm describe con dos “notas” al pie de las canciones lo acontecido: en la décima canción, “La célula que explota”, a cyclonic fence fell on the crowd injuring several young ones, y tras la última, la catorce, “Viento”, after the show ended, people caused riots and wreckage, around the place.(4) Casi como coincidencia y como una narrativa espacial de esos años el setlist nos cuenta en espacio y tiempo ese 19 de febrero de 1995: iniciando con ¿Será por eso?, Aquí no es así… y terminando con Nubes, Afuera. Desde el inicio del movimiento moderno, la arquitectura pública institucional ha servido como fondo para entender su urbanismo, su espacio público, su forma de entender la ciudad. Pero, ¿cuál es la importancia de ese evento a nivel urbano-arquitectónico? ¿Por qué contar esa anécdota como antecedente?
La explanada de la Delegación Venustiano Carranza era un espacio llano conformado por fuentes, jardineras, escalinatas, asta bandera, el monumento a Venustiano Carranza y secciones de pavimentos de adocreto y concreto además de equipamientos religiosos, culturales y de salud. Fue diseñada por los arquitectos Enrique de la Mora, Juan José Díaz Infante y Eduardo Echeverría en 1974.
La vivienda
La explanada se encuentra rodeada de unidades habitacionales, entre ellas la JFK de Mario Pani, y está inserta en la colonia Jardín Balbuena, pequeña ciudad funcionalista que recibió su nombre en alusión al Parque Balbuena que existía ya por el año de 1946. La versión popular es que el nombre hace alusión a la gran cantidad de jardines y áreas verdes con que cuenta este espacio urbano. La versión no oficial alude a que el nombre de jardín hace referencia a los proyectos de Ciudad Jardín diseñados por Ebenezer Howard (1850-1928), cuyos conceptos sociológicos y urbanísticos están contenidos en el libro “Ciudades jardín del mañana”.
En el texto “Espacios de uso público y resolución de conflictos en la Jardín Balbuena”(5), Jose Antonio García Ayala escribe:
La arquitectura funcionalista habitacional diseñada y construida bajo la dirección de Pani parte del entendimiento de proyecto de conjunto como célula urbana autosuficiente, a la que se integran los servicios básicos de equipamiento cuya solución vial incorpora circuitos de circulación, buscando resolver los problemas de asoleamiento y ventilación adecuados mediante la correcta orientación de grandes edificios con amplios paños de cristal en las fachadas, una provisión de espacios libres y un rigor funcional en las formas constructivas propuestas.
Y en Lugares de alta significación. Imagen urbana y sociabilización en la Jardín Balbuena,(6) García Ayala escribe sobre esta colonia:
“Diseñada por los arquitectos Félix Sánchez, Raúl Izquierdo y A. Sánchez Tagle con una traza urbana constituida por un conjunto de manzanas y una red vial diseñadas bajo las ideas funcionalistas del urbanismo progresista que imponen la separación entre vehículos y peatones, así como la ordenación jerárquica del sistema de tráfico basada en la velocidad de los automóviles. Estas manzanas libres de tráfico están diseñadas bajo cuatro conceptos de traza urbana: el de cerradas, andadores con cerradas, super manzana y el de parrilla, cada uno con una permeabilidad diferente, que determina adonde los ciudadanos pueden o no ir, de acuerdo con las alternativas de caminos que existen y los lugares accesibles que se ofrecen”
Hasta aquí, antes de ese 19 de febrero de 1995, las arterias y células de este organismo vivo funcionaban correctamente. Hasta aquí llegaba el “debemos acabar con la calle” de Le Corbusier en 1929 —entendiendo la calle como el espacio de encuentro social y no exclusivamente de circulación vehicular. La calle era retomada, desaparecía como vialidad y con eso iniciaba un nuevo entendimiento del espacio público.
Dice Luciano Concheiro en su libro Contra el tiempo, citando a Furio Jesi, que “a la hora de la revuelta dejamos de estar solos en la ciudad, es a esa hora que se siente verdaderamente propia” —¿podemos estar solos en la ciudad? Nuevamente citando de ese libro: “puede amarse una ciudad, pueden reconocerse sus casas y sus calles en los más remotos o entrañables recuerdos; pero solo a la hora de la revuelta, la ciudad se siente verdaderamente como la propia ciudad: propia, por ser del yo y al mismo tiempo de los “otros”; propia por ser el campo de una batalla elegida y que la comunidad ha elegido.” Entonces, retomando a Le Corbusier, ni arquitectura ni revolución, quizá ni reforma: solo revuelta. Y eso fue lo que pasó.
Entre 1985 y 1995 —no se tiene registro claro de la fecha ya que no hay evidencia o registro público alguno— el monumento dedicado a Venustiano Carranza, ubicado al centro de la explanada, sufrió uno de los pocos atentados terroristas ocurridos en la Ciudad de México. En su cabeza se colocaron explosivos para mostrar inconformidad ante la situación política del país. Quería repetirse la revuelta mas no sucedió así. A lo único que se llegó fue a vecinos solicitando a la Delegación el pago de la reparación por los cristales rotos de su edificio. Ni arquitectura, ni revolución, ni reforma, ni revuelta. Sólo una reclamación.
La calle
Regresemos a ese par de Avenidas o arterias de origen: Francisco del Paso y Troncoso y Fray Servando Teresa de Mier. En el año 2003, durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador en la Ciudad de México, se construyó sobre esas avenidas —junto a un par mas: Avenida del Taller y Lorenzo Boturini— el puente vehicular que forma parte del Eje Troncal Metropolitano de Intersección norte-sur, fragmentando la dinámica sociocultural y económica de la colonia. Se sustituyeron palmeras por ballenas estructurales de concreto. Se regresó a la idea de la vialidad, al elemento de conexión vehicular, a la arteria de comunicación y se estableció un límite, después un borde, luego una frontera en la pequeña ciudad funcionalista.
El tejido urbano
Lorenzo Rocha escribió que “el tejido es “un sistema complejo que se percibe desde la propia similitud etimológica entre ambas palabras: tejido y complejo; parece redundante, pero la raíz latina de la palabra complejo (complexus, participio pasado de complecti, “enlazar”) significa precisamente “tejido”. El urbanista escocés Patrick Geddes (1854-1932) rompió con el paradigma de la planificación urbana al contradecir los prinicipios de ésta y proponer sustituirla con operaciones de cirugía urbana”.(7) En el mismo texto Rocha cuenta la anécdota del viaje que hizo Geddes a México para recolectar muestras de especímenes biológicos y en la cual padeció una ceguera temporal, debilitándole la vista de por vida, que finalmente le ayudó a desarrollar una técnica de pensamiento basada en mapas mentales, sintetizada en diagramas que llamó “máquinas de pensamiento”. Entonces, ¿el tejido urbano es en sí una complejidad de la ciudad? Volviendo a citar a García Ayala: “la ciudad contemporánea propia de la visión organicista es el resultado de una mezcla al parecer caótica e irracional pero que guarda una lógica de conjunto entre los restos de la ciudad tradicional.”
La célula, la vivienda, la calle y el tejido urbano
Cuatro definiciones para articular este evento:
“Una ciudad se definirá entonces por el tiempo que le lleva demoler sus fronteras, pero también por la forma de extender sus relaciones y conexiones mediante sus dinámicas en esas mismas fronteras, aún sin demolerlas.”
“La vivienda ya no es la célula esencial del tejido urbano, ante la complejidad de la ciudad, las arterias, hoy vialidades, juegan un rol más importante dentro de este.”
“La vivienda hoy en día es esa célula que ya no explota, es esa cyclonic fence that falls on the crowd injuring several young ones.”
“Si el 2 de octubre de 1968 en la plaza de las tres culturas del Conjunto Urbano Nonoalco Tlatelolco —corazón de la ciudad radiante corbusiana— se declaró la defunción de la modernidad en la Ciudad de México (como ha dicho Miquel Adrià), entonces en el espacio de la explanada de la Delegación Venustiano Carranza el 19 de febrero de 1995 inició el final del espacio público en esta ciudad y, por consiguiente, el intento de su recuperación.”
Notas
1. La explanada de la delegación Venustiano Zapata y el edificio sede fueron diseñados por los arquitectos Enrique de la Mora, Juan Jose Diaz Infante y Eduardo Echevarría. En el contexto inmediato al edificio delegacional participaron en diferentes edificios arquitectos como Mario Paní, Pedro Ramírez Vázquez y Teodoro González de León construyendo edificios de carácter habitacional y oficial. Mario Paní construyó en el año de 1964 la Unidad Habitacional John F. Kennedy. Pedro Ramírez Vázquez diseñó en el año de 1980 el Palacio Legislativo de San Lázaro —la Cámara de Diputados. Teodoro González de León, junto con el Francisco Serrano y Carlos Tejeda participaron en el año de 1987-1992 en el diseño del Palacio de Justicia Federal y el mismo Juan José Díaz Infante en el año de 1978 diseñó la Terminal de Autobuses de Pasajeros de Oriente (TAPO).
2. En el sitio de wikiméxico se encuentra el artículo “Rock, botellas de cerveza y motín juvenil,” donde se profundiza de lo sucedido. Recuperado el 18 de febrero de 2018 en http://www.wikimexico.com/articulo/rock-botellas-de-cerveza-y-motin-juveil
3. OCESA como corporativo de entretenimiento empieza a operar seis meses después, el 21 de agosto de 1995.
4. Caifanes setlist at explanada de la Delegación Venustiano Carranza, Mexico City, Mexico, recuperado el 18 de febrero de 2018, https://www.setlist.fm/setlist/caifanes/1995/explanada-de-la-delegacion-venustiano-carranza-mexico-city-mexico-53f9af15.html
5. En La reinvención del espacio público en la ciudad fragmentada, Patricia Ramírez Kuri, coordinadora, UNAM, 2016, pp. 281-282, http://www.joseantoniogarciaayala.mx/sitio/wp-content/uploads/2016/02/La-reinvenciónArticulo.pdf
6. Jose Antonio García Anaya, Lugares de alta significación en la colonia Jardín Balbuena en la Ciudad de México, Plaza y Valdés editores, México, 2010.
7. Lorenzo Rocha, La crítica: tejido urbano, Periódico Milenio, 27/11/2014, https://www.milenio.com/cultura/la-critica-tejido-urbano
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