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¡Felices fiestas!
2 noviembre, 2012
por Arquine
por Juan José Kochen | @kochenjj
Al ser una ciudad vertical, Nueva York se recorre con la mirada puesta en los rascacielos. Su jungla de concreto sugiere lecturas a nivel de banqueta, pero siempre con la vista hacia arriba. El vértigo generado por su propia verticalidad sitúa, posiciona y escala. La silueta de esta ciudad, además de ser imprescindible para una percepción y legibilidad de sus componentes, marca las pautas para futuras intervenciones urbanas. Como testigos del crecimiento -como extrusión ascendente- de la urbe, los depósitos de agua que coronan los edificios neoyorquinos son un referente cotidiano, artístico y peculiar que significan una ciudad repleta de edificios.
Sobre esta condición de extrusión vertical, Rem Koolhaas afirma que los tres factores que confluyen finalmente en el rascacielos pueden identificarse con la reproducción del mundo, la anexión de la torre y la manzana sola. Para comprender la promesa y el potencial del rascacielos de Nueva York es necesario definir estas tres mutaciones arquitectónicas por separado, tal como eran antes de ser integradas en una ‘gloriosa totalidad’ por los constructores de Manhattan. Como elemento identitario, consciente o inconscientemente, los constructores de la ciudad añadieron un rasgo tipológico como recurso estructural y de abastecimiento.
Los famosos -o no- Watertanks de la ciudad, muchas veces imperceptibles, perdidos en el tinglado urbano, soslayados por los propios habitantes o erróneamente identificados como artefactos obsoletos entre la modernidad de los rascacielos, son el punto de partida para delinear la silueta de Nueva York. En Water From Above -documental dirigido por Gala Lutteroth y presentado en el Architecture & Design Film Festival de Nueva York- la historia de estos objetos singulares se devela desde el proceso constructivo de los tanques, su funcionamiento, intervención plástica (The Water Tank Project) e inserción con la urbe.
En La imagen de la ciudad, Kevin Lynch decía que “el criticar la ciudad es cosa muy fácil. Lo que no resulta tan fácil -porque no se halla a la vista de todos- es descubrir…” Así, se (re)reconoce la identidad y función de estas piezas que articulan y dan sentido de composición a la forma de la ciudad en su más amplia escala. Como soluciones estructurales e hidráulicas, Rotoplas(es) arcaicos, elementos simbólicos, espectaculares hidrosanitarios, abstracciones de un tipi indio, habitáculos posmodernos o contenedores aterrizados sobre un pedestal metálico; estos depósitos de agua delinean la imagen de una ciudad, cuyo entramado, permite una serie continua de encajes urbanos atemporales.