8 mayo, 2017
por Loreta Castro Reguera
La Ciudad de México quizá sea la ciudad contemporánea con la transformación más drástica de su entorno natural. De haber sido una urbe asentada sobre y rodeada de cuerpos de agua, a día de hoy quedan poquísimas trazas de este paisaje hídrico. Más aún, los más de 20 millones de personas que la habitamos estamos sometidos a vivir continuamente en la paradoja hídrica: escasez de agua potable y exceso de agua pluvial.
Esta condición es, sin embargo, su gran fuerza. La Ciudad de México tiene todas las posibilidades de auto gestionar su propia agua a través de sus miles de espacios públicos Es inminente crear un sistema hídrico, paralelo, alterno y sustentable que permita que el paisaje funcione como una infraestructura hídrica
Propongo un sistema descentralizado, pulverizado a lo largo y ancho de la mancha urbana acupunturas hidro urbanas desahogaran el estrés al que está sometido el sistema actual de tal manera que la nueva forma de gestionar el agua sea un hibrido entre los sistemas tradicionales y las infraestructuras paisajísticas suaves, la ciudad de México profundamente arraigada en su historia pero cosmopolita y moderna a la vez es capaz de reinventarse continuamente. ¿Qué nos detiene ante la posibilidad de generar un sistema hídrico donde el agua vuelva a ser protagonista de nuestro paisaje?