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Columnas

Una caminata estridentista

Una caminata estridentista

18 julio, 2023
por Alfonso Fierro

En colaboración con Abel Cervantes y Karla Rebolledo 

La cita era a las 4:30 en el Estadio Xalapeño. En las gradas, cerca de los arcos de concreto, tomamos el café que Abel trajo de CuboTres, su café-galería en el centro de la ciudad. Cada participante llevaba su propia taza. Le llamamos nuestro pequeño Café de Nadie y platicamos de por qué la caminata estridentista empezaba ahí, en ese estadio en donde había gente de toda edad entrenando lanza de disco, atletismo y otros deportes olímpicos. Recordamos que, por ahí de 1925, ese grupo de artistas y escritores futuristas conocidos como Estridentismo se unieron al gobierno socialista de Heriberto Jara en Veracruz. Entre otras cosas, publicaron la revista Horizonte y construyeron obras públicas como el estadio, todo esto antes de que el movimiento se  fragmentara con la caída repentina del gobierno jarista en 1927. Hablamos también de una crónica de 1926 de German List Arzubide sobre la inauguración del estadio, la cual apareció en el primer número de Horizonte. Ahí, List describe el evento inaugural –el “vals sobre las olas” al aire libre, la gimnasia sincronizada, un baile folclórico– y señala que ese día marcaba el inicio de una forma de arte volcada hacia lo colectivo y lo público. El estadio mismo era eso para el Estridentismo: una obra comunal, pensada para un uso público, construido con un material eficiente y duradero como es el concreto. Según él, la herradura de concreto que todavía hoy sobrevive materializaba una nueva era arquitectónica y cultural para Veracruz. Y aunque este espacio se use todavía y mucho, Atzin Salazar –una de las paseantes– nos recordó que antes de ser estadio el lugar fue una ciénaga que destruyeron y en la que el Estridentismo nunca reparó en sus historias del sitio. Atzin comentó que todavía a veces una parte del campo se inunda, un eco a aquella ciénaga que ya no está. Antes de seguir, y ya que estábamos en el estadio, hicimos una carrera de tazas por toda aquella herradura de concreto que con tanta fascinación describieron los estridentistas en los textos y fotografías publicadas en Horizonte. 

Detrás del estadio, nos detuvimos en un islote entre dos calles, frente a una modesta escultura conocida como Los Atletas. Abel nos contó que, en ese lugar, estuvo alguna vez otra escultura de metal, alta y esbelta, conocida como la Torre Cinética, hecha por el artista Marcelo Román Morandín Paroni. Abel dijo que la gente mayor de la ciudad todavía recordaba cómo la escultura transmitía música dodecafónica y electrónica, además de que rebotaba sonidos urbanos por Xalapa (por lo menos eso cuentan ciertas voces). En algún punto de los noventas resultó engorrosa e incomprensible para el gobierno de la ciudad, y se cambió por los modestos atletas inoxidables. La torre era tal vez un guiño experimental al estridentismo, pues la profesora Elissa Rashkin dice que por ahí, donde ahora es la rectoría de la UV, estuvo la primera estación de radio de Xalapa en la cual los estridentistas participaron de lleno en el 26 y 27, aunque no quede registro de su programación. Les fascinaba la radio porque comprimía el espacio y el tiempo, y porque escucharla era una experiencia tan impredecible y caótica como vivir en la ciudad moderna. Y también porque era una forma de difusión cultural amplia y democrática, una que no requería leer y escribir para participar. 

Hacia la rectoría íbamos. Subimos las escaleras en fila, encobijados en una manta roja que evocaba la llegada de los estridentistas a Xalapa en el 25 bajo los auspicios del gobierno socialista de Jara, que les encomendó a estos jóvenes poetas y artistas experimentales ocuparse de su comunicación política y su agenda cultural. Ya en la cima, donde alguna vez estuvo la primera estación de radio de la ciudad, grabamos audios que juntamos en un collage sonoro, una breve transmisión caótica donde chocaban reflexiones aleatorias, ruidos de carros, palabras sueltas y tazas de metal rodando por los escalones. Todos los paseantes rodeamos la pequeña bocina naranja de la cual emanaba una transmisión que rompía con la normalidad del tránsito por la rectoría. No faltaron las miradas de duda, de curiosidad o ya de plano de resignación. 

Bajamos luego por los lagos hasta la Facultad de Artes. Parejas, grupitos escolares y familias en bicicleta paseaban alrededor del agua, bajo el sol templado de la tarde. Nos sentamos en los escalones del foro y Karla nos contó de su investigación con el performance de los años ochenta, que hacía eco con aquella historia de los estridentistas y sus interés por llevar el arte al espacio público de la ciudad. Hoy, la facultad no es conocida precisamente por el performance y no se recuerda que alguna vez sí lo fue. Durante los años 80, pasaron por sus aulas jóvenes profesores relacionados a los Grupos: Adolfo Patiño, Carla Rippey, Marcos Kurtycz, Maris Bustamante, Melquiades Herrera y Carlos Zerpa. Karla describió estos años como un momento donde explotó la experimentación artística en Xalapa. Adolfo Patiño daba vueltas por el Parque Juárez con un carrito en el que transportaba sus fotografías, mientras que Rippey y los estudiantes daban clases públicas de grabado a mitad de plaza Lerdo. Así es como se abrieron nuevos espacios de experimentación. De hecho, durante la rehabilitación de esa facultad donde estábamos, que antes fue una fábrica textilera, se usó la obra negra de la galería para realizar piezas de performance. La tesis de maestría de Karla rastreaba este proceso. Al igual que el estridentismo, el momento fue fugaz y, según la investigación de Karla, pronto colapsó en medio de la grilla, la burocracia en torno a la asignación de plazas de carrera y la falta de oportunidades. Surgieron confrontaciones y conflictos que todavía hoy –nos contaba Karla– traen recuerdos agridulces. De ahí que no se recuerde ni se quiera recordar mucho al respecto. 

       Al final, subimos a la Plaza Lerdo y nos sentamos en los escalones de la Catedral, no tan lejos de donde los alumnos llegaron a montar sus talleres públicos de gráfica. Karla nos recordó que ahí también tuvo lugar uno de los grandes gestos urbanos del estridentismo: montados en un Ford 1922, esa máquina moderna por excelencia, se lanzaron por unos escalones que apestaban a tradición, con la enorme iglesia de fondo. Por ahí sobrevive una fotografía del evento. Querían escandalizar, como siempre, generar reacciones de todo tipo que, como una descarga eléctrica, llenaran de energía a la vida cultural de la ciudad. Dijimos que tal vez fue ese el primer performance documentado en Xalapa. Por qué no. Para despedirnos con un último eco, extendimos a lo largo de la escalinata la tela roja y jugamos a aventar carritos de juguete por esos mismos escalones de una ciudad que alguna vez se llamó Estridentópolis.

 


Marcha Hacia el Pasado: Paseo Estridentista fue una caminata pública organizada por Abel Cervantes, Karla Rebolledo y Alfonso Fierro en Xalapa, Veracruz el 27 de junio de 2023. 

Referencias: 

Elissa J. Rashkin. “Out There on the Horizon: Stridentism in Regional Perspective”, LiminaR. Estudios Sociales y Humanísticos, 13.1 (2015): 90-101.

Karla Rebolledo. El Performance y su relación con la ofrendas en la construcción de memoria: Narrativas, recuperación y reinterpretación de tres performances realizados durante 1982 en Xalapa, Veracruz. Tesis de Maestría. UNAM: 2019. 

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