31 julio, 2016
por Arquine
Hace casi un año publicamos un texto de Francisco Pardo sobre un concurso fallido. En resumen, la Secretaría del Medio Ambiente y la administración del Bosque de Chapultepec habían convocado a un concurso por invitación. Había bases, nombres del jurado y premios prometidos. Según información proporcionada por los mismos participantes, el Plan Maestro para la Rehabilitación del Bosque de Chapultepec, 2013-2017, tenía como objetivo “regenerar paulatinamente el uso del Bosque como un espacio de público, accesible y de equidad”. Una de las intervenciones que incluiría era el Parque Constituyentes, cuya ubicación en la periferia de la Segunda Sección, colindando con las colonias Daniel Garza y 16 de Septiembre, presentaba características ideales para reforzar la conexión del Bosque con la ciudad, generando un espacio de interacción social, encuentro y esparcimiento en la ciudad y propiciando un vínculo más directo, donde las vialidades comenzaran a borrarse y la relación del Bosque a los barrios vecinos fuera más clara.
En el anteproyecto del Plan Maestro, se proponía un Skate Park, un área de recreación infantil, una ciclo escuela y espacio público. Se concebía como pieza clave de conexión entre la ciudad y la Segunda Sección del Bosque de Chapultepec. Las propuestas debían contener soluciones en materia de espacio público, movilidad, servicios, conexión urbana, paisaje y medio ambiente. De acuerdo a los participantes, las propuestas aquí presentadas fueron realizadas para el convocado por SEDEMA y la Dirección del Bosque de Chapultepec el 14 de julio de 2015 y entregadas en tiempo y forma, según el calendario del concurso, el 28 de agosto de 2015. Las propuestas nunca fueron evaluadas por el jurado, no hubo fallo y el concurso en sí se declaró improcedente.
Además de para poder conocer las distintas propuestas que ahora publicamos, la ocasión podría servir, como ya apuntaba Pardo en su texto de octubre del año pasado, para continuar la reflexión sobre la escasa convocatoria a concursos para proyectos públicos de parte de las distintas instancias del gobierno en el país y, cuando se convocan, su poca claridad y a veces mínima credibilidad. Y también, como a su vez anotó Pardo, reflexionar sobre la posición y responsabilidad de los arquitectos al participar bajo esas condiciones, o no, y al exigir mayor transparencia en todos los procesos de gestión y ejecución de la obra pública, o no.