A través de una drástica reconstrucción a lo largo de 4 décadas, Teherán ha pasado de ser una ciudad de infinitos jardines con viviendas unifamiliares, a una ciudad de infinitos bloques de departamentos. En un proceso de construcción puramente económico y globalizado, se ha perdido la relación entre los edificios y su tejido urbano. A medida que se borran los recuerdos del lugar, se va formando una metrópolis sin historias que contar. Este es el paisaje urbano actual de Teherán y es donde VOID+ se sitúa como un proyecto residencial desarrollado por la arquitecta Maryam Pousti.
El edificio está situado en el norte de Teherán en Irán y pretende ofrecer una alternativa a los modelos convencionales de habitación y de vida urbana densa, que han dado lugar a envolventes cerradas que carecen de diálogo con su contexto. Situado en un terreno extremadamente estrecho, VOID+ consta de 10 departamentos distribuidos en 5 plantas. El rasgo más llamativo del proyecto, es un vacío íntimo estratégicamente tallado en la fachada norte, en un intento de conectar el edificio con su periferia. La masa del vacío crea un flujo vertical entre la línea del horizonte del edificio y sus pies.
La distribución interior del edificio revela una profunda conexión estructural y volumétrica con la fachada; un vocabulario que se utiliza en todo el proyecto. Los volúmenes yuxtapuestos del vacío ofrecen un juego a través de perspectivas y vistas cambiantes, permitiendo experimentar simultáneamente los límites interiores y exteriores. El juego del escondite entre el interior y el exterior se produce a través de la interacción del sólido y el vacío, desafiando las nociones de exposición y privacidad.
Hay dos departamentos en cada planta, lo que hace que el ruido y la intimidad sean las fuerzas motrices de la colocación de una escalera rectangular, que actúa como amortiguador para evitar el sonido y el contacto visual directo entre las unidades. Cada unidad se asienta alrededor de un balcón íntimo, que se percibe como un jardín interior.