Este edificio de viviendas para personas mayores se encuentra a orillas del Rin, en Francia. La excepcional ubicación del sitio permitió girar las áreas comunes y el pasillo hacia el río: los residentes pueden disfrutar de la coreografía de los barcos que pasan.
El programa consta de veinticinco casas de cincuenta metros cuadrados, un restaurante que se divide en tres salas, una sala de computación, un taller, un huerto y un espacio para juegos exteriores.
Todo está organizado para fomentar las relaciones entre los residentes. Los espacios de vida colectiva son lo más generosos posible, con abundante luz natural.
Los arquitectos diseñaron lugares que fomentan los intercambios y la interacción social.
La escalera se encuentra en el centro del edificio, en combinación con el amplio espacio central, invita a la movilidad.
Arriba, el patio ilumina el corazón del edificio. El volumen blanco en el interior parece suspendido; deconstruye el espacio vacío y presta cierta extrañeza al conjunto.
El hormigón rojo, la terracota y la madera crean un ambiente benévolo.
En el exterior, el edificio está envuelto en ladrillo por todos lados. Los arquitectos seleccionaron un ladrillo artesanal que no es estándar, irregular y ocasionalmente deforme. Las paredes atrapan la luz; al enfatizar su configuración portuaria rústica, el edificio se conecta con la historia del río.