El requerimiento del cliente era lograr un espacio sombreado mediante una pérgola de madera. Los arquitectos propusieron levantar una estructura metálica en un tono rojo quemado, en la que convivieran por una parte la pérgola de madera solicitada y una serie de láminas de acero corten que se irán oxidando y cambiando de tonalidad con el tiempo.
A los extremos de esta cubierta de corten se construyeron dos barras que pueden ayudar a cumplir distintas actividades. Toda la propuesta se desplanta sobre un piso elevado de concreto lavado con grano rojo que de manera discreta unifica los tonos de la estructura, el corten y el tezontle colocado alrededor de la plataforma elevada.