Ideado para maximizar la experiencia de nuevos paisajes remotos, Refugio en Finca Aguy nació en una fábrica cercana a Montevideo y recorrió 200 km hasta su destino final en Pueblo Edén a la orilla de un campo de olivos.
Construir en territorios alejados de los entornos en los que nos movemos habitualmente es un desafío. Es un ejercicio de voluntad. Es la posibilidad de insertar un espacio habitable en dominio de lo natural: lo remoto como posibilidad, como valor, como generador de dominios y condiciones. Nuevas formas de paisaje merecen nuevas formas de habitarlas.
Lo remoto nos enfrenta a la soledad, a la conciencia de nuestra escala frente a lo vasto, a lo inmenso. Nos coloca en nuestro papel en la realidad.
La prefabricación permite trabajar con materiales procesados e industrializados, que habilitan procesos de montaje de alta precisión. Así mismo, amortigua la repercusión de la construcción en sitio, minimizando desechos, personal in situ, y desplazamientos.
En paisajes de alto valor natural, es fundamental el respeto por sus condiciones originales: lo prefabricado como conjugación perfecta de naturaleza e industria.
Las casas no se mueven. Se hacen de materiales pesados, se unen con mortero, se usa hormigón. Estos preconceptos son duros de quebrar, igual que la inmobilidad de lo construido.
La prefabricación genera un modo de producción eficiente, con un ambiente controlado donde los trabajos se llevan a cabo minuciosamente. No se transportan los materiales, se transporta la casa.
Las casas no se mueven, sin embargo…