En un terreno de gran pendiente y vasta vegetación en plenas sierras cordobesas, se sitúa este pequeño refugio que respeta las características del suelo natural y conserva la vegetación existente sin alterar el paisaje serrano.
Se recuperaron materiales en desuso, procesados en taller y trasladados al sitio para su montaje, la elección de los materiales y las terminaciones conjugan sustentabilidad tecnológica con una fuerte adaptación al clima local y bajo impacto ambiental. El partido se define a partir de tres elementos que resuelven el proyecto:
El gran techo metálico que genera una cubierta liviana que protege a modo de doble techo la vivienda, cubriendo circulaciones y galerías.
Un prisma metálico con cierres móviles que resuelven el programa (cocina-comedor, baño y dormitorio)
Una plataforma de madera levantada, para salvar los accidentes del terreno, materializadas con tablas machimbradas de eucaliptus recuperadas, que se cepillaron para su reutilización.
La estructura se resolvió mediante caños petroleros de 3”, perfilería metálica laminada en frio recuperada de demoliciones, al igual que las tablas de madera machimbradas que revisten todo el piso. En el equipamiento, se utilizaron rezagos de UPN e IPN de distintas medidas, mesadas de Hº Aº ejecutadas in situ, puertas interiores de postigones reciclados y las aberturas se realizaron con retazos de caños estructurales.
Todos los revestimientos exteriores, tanto verticales como horizontales se trabajaron con chapas sinusoidales metálicas recuperadas de un viejo galpón de campo, mientras que en los interiores se montaron placas cementicias y de yeso.
El proyecto persigue un discurso de concientización sobre el reciclaje, proponiendo una solución sostenible que reutiliza distintos materiales en función de una arquitectura austera, económica y de fácil mantenimiento que se adapte a las condicionantes del sitio.