PILARES Valentín Gómez Farías busca recuperar el discurso de la obra pública de calidad. Este edificio es parte de una iniciativa y política pública más grande con el objetivo de reconstruir desde la colonia y desde una arquitectura comprometida.
El edificio se entreteje con el parque a través de un gesto doble y equilibrado entre la permeabilidad y presencia. Es una arquitectura de bajo impacto, conceptualizado sobre la huella de lo que fueron los frontones del parque. En una retícula se distribuyen una serie de aulas, un andador exterior de norte a sur, dos jardines en los extremos creando un sistema educativo donde al exterior también se aprende y donde el espacio entre las aulas hace del conjunto más un pabellón que un edificio, iluminado y ventilado naturalmente.
El edificio se entrelaza con la historia del contexto y de su tipología, con su materialidad de ladrillo y concreto expuesto busca hacer memoria de las infraestructuras sociales y educativas de décadas anteriores con una nueva morfología. Su concepto central es la creación de un nuevo paisaje, un horizonte con dimensión cívica. La horizontalidad de los muros de celosía se contrasta mediante múltiples gestos de verticalidad: un sistema de tragaluces con una fuerza expresiva en el entorno.