En 1997 la Fundación Beyeler –propietaria de la colección de arte de Hildy y Ernst Beyeler– se traslada a su actual sede
un museo proyectado por Renzo Piano en la ciudad de Basilea. Con una colección de 200 obras de arte, que incluye obras de Degas, Monet, Cézanne, van Gogh, Picasso, Warhol, Lichtenstein o Bacon, el proyecto se basaba en dos premisas fundamentales
Piano imaginó un edificio de una altura, destaca por su geometría sencilla, que dedica especial importancia a los muros, ubicados a su vez bajo una enorme cubierta acristalada que, al tiempo que permite el paso de la luz, presta especial importancia a que ésta no sea excesiva, sino homogénea y suave, gracias al uso y diseño de los tragaluces. El edificio combinaba dos sistemas en apariencia contrapuestos
unos pesados muros verticales y una enorme y ligera cubierta horizontal. El resultado era un proyecto sencillo que evitaba robar cualquier protagonismo sobre las obras exhibidas.
Recuerda la participación de Peter Zumthor en MEXTRÓPOLI 2017