El cliente del proyecto es la Fundación Fond su Sports, cuya labor es promover la práctica y la enseñanza del deporte, por ello, aunque el programa es similar al de un hotel, incluye actividades de montaña. El diseño cuenta con 20 habitaciones de dos o cuatro personas, con una capacidad total de 70 personas. Cada habitación tiene una ducha y un baño por separado, así como dos literas, con un diseño que genera un ambiente de cabina para la relajación.
El programa se completa con un gran comedor, aulas, áreas de recreación y un apartamento para el gerente. La sala de gimnasia se encuentra debajo del suelo y se conecta directamente con el salón, al mismo tiempo que su cubierta es un área para deporte al aire libre. Desde la gran ventana del comedor, salón y la terraza contigua destacan asombrosas vistas panorámicas.
El proyecto se expresa como una colección de pequeños volúmenes que hacer referencia a la cantidad de villas que forman los pueblos tradicionales de la región. El edificio está construido sobre una superficie plana y elevada, que genera una relación visual muy fuerte hacia el paisaje montañoso, mientras, el área de deportes al aire libre tiene una entrada independiente y a un nivel distinto. La elección tradicional e innovadora de vincular estos pequeños volúmenes de madera, construidos con una geometría rigurosa, hace hincapié en su ubicación y los servicios que se ofrece.
En el interior, el concreto queda expuesto en todas las superficies estructurales, mientras que el resto de los acabados interiores, muebles fijos y techos acústicos están acabados en madera de alerce. Este revestimiento aparece también en el exterior, pero con secciones más gruesas y dispuestas de manera vertical, envolviendo el edificio.
Desde el punto de vista energético, el edificio sigue las normas de las leyes suizas y responde a los criterios de Minergie®, que implican un doble sistema de ventilación controlada con recuperación de calor. Paneles solares en el techo proporcionan electricidad y agua caliente.