Ubicada en la parte superior de una bodega de granito preexistente, Pavilion House aprovecha su definición programática para trabajar en un espacio abierto y abstracto, al mismo tiempo interior y exterior, que se beneficia de su proximidad a una naturaleza diversa.
Configurándose como un pequeño espacio habitable en la montaña, Pavilion House busca maximizar su versatilidad y simultaneidad espacial.
Un juego de pared de cuatro volúmenes define el espacio vital y determina las vistas sobre el paisaje circundante, mientras oculta el programa básico (dormir, quedarse, comer y bañarse), lo que permite que se active parcialmente, según los deseos del usuario.
Buscando la integración en el paisaje y, por otro lado, un confort introspectivo, la fachada exterior e interior de estos volúmenes se supone abstracta y texturizada, definida por un listón continuo de reglas verticales de madera.
Enmarcando y comprimiendo estos volúmenes, el techo y el piso se ubican en una paleta oscura que define ambos como una materia ausente, mientras ayuda a rescatar el paisaje exterior, enfatizando su presencia mutante en el espacio interior.