En el marco del programa Pequeñas Localidades del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU), el Municipio de Curacautín (Chile, Región de la Auracanía) ha desarrollado un plan maestro que potencia a esta zona como un polo articulador del turismo, una ciudad cabecera de servicios para el viajero. Pero, por otro lado, potencia el desarrollo y bienestar de los habitantes de la localidad, cuyo plan se hace cargo de la zona de expansión de la ciudad, de la escasez de espacios públicos consolidados y áreas de encuentro propios para los habitantes.
El proyecto propone un parque público de escala barrial en el que la morfología del terreno dio el primer indicio a la forma de habitar el parque. En una primera instancia, se reconoce un montículo central o cerro urbano desvinculado del barrio, el cual cae con laderas poco pronunciadas, que fueron moldeadas por el escurrimiento de agua lluvia y la nieve, hasta caer en el curso de agua colindante. Se propuso un anillo accesible como circulación principal del parque, el cual rodea el borde del cerro urbano como eje ordenador que permite recorrer la totalidad del parque, con accesos que atraviesan las áreas bajas pasando por sobre las áreas silvestres a modo de puente, que hacen referencia a los troncos caídos de los bosques del territorio Araucano.
Por otra parte, se define una mayor intervención, que consolida el borde urbano del parque con la trama edificada del barrio, y hacia su otro borde hay intervenciones puntuales que ponen en valor el paisaje natural local y su contexto lejano de montaña. Todo esto conecta los bordes por medio de puentes, aceras y pasarelas que atraviesan el pequeño bosque de Raulies, y no modifican su topografía en términos generales, dejando que el agua mantenga sus cursos de escurrimiento superficial para formar zonas aterrazadas. Así continúa hasta llegar a la terraza de paisaje, que recoge las aguas de lluvia en un estanque, y genera un sistema de riego sustentable que optimiza la precipitación y genera un ecosistema natural que, en términos paisajísticos, optimiza los recursos hídricos por medio de la selección de vegetación y especies endémicas acordes al clima de la zona y de bajo consumo hídrico. Además, se acompaña el paisaje de rocas volcánicas y terrazas de madera que hacen referencia al paisaje montañoso y su historia que, en términos construidos, se reconoce en una identidad material de la ciudad ligada a su pasado maderero y ferroviario.
Para potenciar los usos, se plantea un equipamiento cubierto que aprovecha las diferencias de altura del terreno y se sitúa por debajo del suelo, para poner en valor el paisaje por sobre lo edificado. Esta condición favorece los usos, y aprovecha la cubierta como un escenario que enfrenta a la explanada cívica, en la que se generan actividades masivas para el barrio.
Con respecto a su materialidad, se plantean las circulaciones y áreas masivas en concreto con el fin de disminuir su manutención, lo que representa 5% de la superficie del parque. Las circulaciones secundarias se plantean de madera de pino estructural, clasificada mecánicamente (MGP10), y cuyas pasarelas, terrazas y puentes fueron modelados, y sus piezas cortadas por medio de mecanizado en planta, esto para hacer más eficiente el montaje y reducir la basura de obra.