Esta instalación adquiere el elemento arquitectónico más básico, el muro. Un muro se separa, se divide por dentro y por fuera, tu tierra y mi tierra, este lugar y ese. Es el arquetipo y la manifestación física del límite entre dos lugares.
Over the Line socava esta premisa al proponer un muro que no se divide, no establece límites y no crea separación. Mientras está presente, sigue siendo un fondo simple pero cautivador. Este muro translúcido de 45 metros de largo serpentea en un campo abierto con su superficie ondulada que cambia dramáticamente en la luz que incita a los visitantes a tejer y pasear por el sitio.
Over the Line estará disponible durante dos años en Art OMI en el estado de Nueva York como parte de una serie de intervenciones que abordarán los elementos fundamentales de la arquitectura.