En 2006, el alcalde Sergio Fajardo llevó a cabo el plan de reconversión de la zona industrial en un barrio mixto de viviendas, comercios y espacios públicos, llamado Ciudad del Río. Se conservó sólo una de las naves de la planta siderúrgica como sede del Museo de Arte Moderno de Medellín, fundado por un grupo de artistas locales 30 años antes.
En 2009 se convocó a un concurso internacional y local en el que participaron 15 equipos. Los ganadores fueron 51-1 de Perú y Ctrl G de Colombia. La propuesta parte de los patrones de asentamiento informal y de crecimiento progresivo en las laderas de Medellín.
Encaramadas unas sobre otras, las construcciones de los barrios se van aterrazando y generan intersticios públicos en los que la gente ejerce su urbanidad de las formas más ingeniosas. Un sistema abierto y flexible conectado por escaleras interpreta la morfología de un barrio y conforma la extensión del museo, que se distribuye en cinco niveles.
Además de las salas de exposición, contiene laboratorios, bodegas, tiendas, cafés y un teatro. Cada pieza del programa ocupa una de las 11 cajas que se apilan. Cada una se cierra con prefabricados de concreto que se perforan, calan, abren y tallan para revelar condiciones de color, luz y textura diferentes.
Las circulaciones permiten el uso simultáneo de una ruta interna del museo y otra exterior, libre y pública, que conecta la plaza con el teatro del tercer nivel y el restaurante mirador del quinto.