The Village equilibra diseño riguroso con adaptabilidad. La interacción de estos elementos se manifiesta en la composición del bloque inicial de departamentos de 14,885 metros cuadrados, donde una forma escalonada hace una sutil alusión a las antiguas pirámides de la región. Inspirado en estructuras de baja altura, el diseño asegura vistas ininterrumpidas que se extienden hacia el Mar Caribe.
La visión arquitectónica de The Village se refleja en edificios de hasta 12 metros de altura, que comprenden hasta 5 niveles. Esta decisión de diseño mantiene una escala humana, lo que permite que los residentes de los niveles superiores experimenten la proximidad hacia las copas de los árboles circundantes. Los departamentos están planificados sobre una retícula de concreto de 4 x 4 metros, con superficies que oscilan entre 80 y 160 metros cuadrados. El diseño modular permite diversas configuraciones, tanto en términos de tipo y tamaño de departamento, como en la disposición de las terrazas exteriores.
El enfoque para desfragmentar el volumen general del edificio consistió en retranquear las terrazas a intervalos irregulares y a lo largo de los diferentes niveles. Esta deliberada solución de diseño mejora la permeabilidad de la estructura rectangular, permitiendo que se integrara en la naturaleza que lo rodea. La informalidad de este enfoque expone el concepto de una ruina cubierta por la vegetación, enfatizada por la disposición de las terrazas, introduciendo una cualidad atemporal a la arquitectura.
Las terrazas también sirven un propósito práctico, ya que están equipadas con jardineras que permiten el cultivo autosostenible de huertos, con el 80% de las plantaciones consistiendo en especies nativas. Estos espacios verdes dan vida al edificio y fomentan un sentido de comunidad. Los espacios comunes, que comprenden casi la mitad del sitio, están dedicados a promover el bienestar, el ocio y el deporte.