Magazzino Italian Art es una iniciativa privada concebida por Nancy Olnick y Giorgio Spanu para albergar su colección de arte italiano de posguerra. La comisión consistió en una renovación completa de un edificio existente de más de 1,000 metros cuadrados y una ampliación de 1,300 metros cuadrados. La estructura existente, en forma de L, se erigió en 1964 como un centro de distribución de productos lácteos y estaba rodeada de muelles de carga y cubiertas en voladizo. La ampliación necesitaba un espacio libre más alto (ya que algunas de las piezas de la colección son de gran tamaño) así como luz natural muy controlada.
El concepto fue simple: el edificio existente en forma de L podría completarse en un rectángulo con un patio central. Esta idea permitió proponer una estructura independiente que corría paralela a la parte más larga del edificio existente y unir ambas estructuras por medio de dos conectores de vidrio, lo que enfatiza su ligereza. En consecuencia, se estableció un diálogo entre el edificio nuevo y el existente; el edificio existente trabaja con la luz sólida específica proveniente de los tragaluces, mientras que el nuevo propone una luz uniforme y tenue que aprovecha al máximo el conjunto. En ambos espacios, se intentó maximizar la flexibilidad de la luz artificial mediante rieles a lo largo de la cara inferior de las cerchas.
La estructura existente se abre al patio, mientras que la adición solo abre una vista panorámica a los Humedales. Además, la yuxtaposición de los dos volúmenes hace que el patio central se convierta en una sala virtual, una extensión del vestíbulo, mientras que una lámina de agua regulariza su geometría y facilita la transición entre el edificio existente y la ampliación. El flujo de circulación es un simple anillo que facilita una secuencia intuitiva de salas de exposición; para evitar que los visitantes se sientan abrumados por la explosión de arte, los espacios abiertos al exterior ayudan a descansar la vista durante todo el recorrido.
Magazzino, que significa almacén en italiano, intenta homenajear su nombre y la colección Arte Povera que alberga. Mientras los artistas trabajaron con elementos de baja calidad o de fácil acceso, se buscó seguir esta filosofía mediante el uso de componentes y técnicas de construcción sencillos. El muro de concreto colado in situ forma la piel del nuevo contenedor; la cubierta del techo se resuelve utilizando una estructura simple que involucra cerchas metálicas a dos aguas, y las paredes blancas interiores crean un fondo neutro para disfrutar del arte.
El tráfico constante en la Ruta estatal 9, que corre al lado de la pendiente donde se ubica el proyecto, obligó a cerrarse hacia la carretera. Para mantener un ambiente interior lo más silencioso posible se usó una estructura de concreto, alejada del edificio, para albergar las instalaciones; esta nueva estructura regularizó la llegada y los jardines circundantes, permitiendo a los visitantes descubrir la entrada por contraste de volúmenes y materiales.