Este proyecto fue creado para una comunidad que ha estado presente en este lugar por más cuatro décadas, y en el cual 13 casas comparten y conviven dentro de un área de 12,500 m2. Ubicada en Cuernavaca, ciudad conocida por su clima privilegiado, la casa tiene en sus alrededores un panorama verde y tierra fértil. El punto de partida para el diseño de Quintas fue abrazar la vida de esta pequeña comunidad, entendiendo su historia, su conexión con el lugar y sus necesidades.
Algunas de las cuestiones fueron la integración de la naturaleza y los componentes construidos como uno solo, espacios exteriores que sean viables, uso de materiales de bajo mantenimiento, una estructura que contribuya a difuminar los límites entre interiores y exteriores y la visión del edificio como un núcleo que conecte todas las dinámicas.
Fue a través de una intensa interacción con las personas que habitan el lugar y la identificación de factores clave que definimos la forma del edificio como una pieza insertada en el centro del terreno para ofrecer una mejor convivencia en los espacios y con la naturaleza. El uso de columnas de acero y una estructura de losas de hormigón aparente envejecerán con gracia y armonía.
Largas cubiertas de concreto cubren los espacios abiertos, desafiando a la gravedad para ofrecer cobijo, pero no confinamiento. Los espacios interiores con fachadas de cristal, transparente que se extienden de un lado a otro, permiten a los usuarios disfrutar de la belleza de la naturaleza y de los árboles centenarios que habitan este lugar desde que era un vivero a principios de los años 80. Este diseño no sólo permite que la vegetación crezca con el tiempo, sino que da la impresión de que la estructura está suspendida, y también representa los principios del despacho de proveer espacios libres.