Al cabo de los últimos años, y a la luz de algunos procesos de orden global como la crisis climática y la consideración sobre el carácter limitado de los recursos naturales, la arquitectura ha comenzado paulatinamente a problematizar la condición material del hecho construido, planteando interrogantes cada vez más urgentes de responder, especialmente referidas a las posibilidades de reutilización y durabilidad en el tiempo de los recursos.
Tomando en cuenta que la arquitectura tiende a ordenar una cantidad de materia, una pregunta contingente de elaborar es si la materia, que en términos generales no desaparece sino que se transforma, es susceptible de recuperar para darle nuevamente un provecho arquitectónico, alargando su vida útil y mejorando la eficiencia en términos de economía y cuidado medioambiental. Quizás las posibles respuestas a este cuestionamiento sean las que se encuentren subyacentes en el diseño de la casa que se presenta a continuación, emplazada en medio de un terreno de casi 4 hectáreas en el sur de Chile, plantado de Encinos para el cultivo de trufas.
A partir de la adquisición de una antigua bodega granera de 80 años de antigüedad ubicada cerca del predio, el primer desafío de la vivienda consistió en la reutilización de las viejas maderas nobles de la edificación para aprovecharlas en la nueva casa. De esta forma, la primera operación del proyecto consideró la selección, catastro, catalogación, desarmado y posterior traslado de los elementos constructivos esenciales para dar un nuevo uso a este conjunto de materiales. Luego de esto, se decide proyectar un volumen monolítico a dos aguas, que rescata la tipología estructural de la bodega, soportado sobre dos muros paralelos de concreto armado, que salvan la pendiente del terreno y permiten la configuración de los espacios de servicio de la vivienda: un estacionamiento, una leñera y la escalera de conexión a la planta principal.
El volumen superior se ha diseñado como un espacio unitario configurado por una serie de pilares, hombros, diagonales y vigas de madera de roble trasladados del granero original, que definen un perímetro de circulaciones y un conjunto de espacios que se dividen en un área de día, compuesta por el estar, comedor y cocina; y un área de noche, constituida por un dormitorio principal, dos baños y un espacio de trabajo que puede transformarse en un dormitorio de visitas, a partir de un límite móvil diseñado en una tela de terciopelo granate.
Exteriormente, el volumen principal de la casa se ha trabajado con una tabiquería de madera y con una piel envolvente para la cubierta y los paramentos laterales a partir de la recuperación de planchas de acero galvanizado del granero, oxidadas por el paso del tiempo. Las fachadas Norte y Sur en tanto, se revisten con madera de roble y consideran las aperturas principales de la casa hacia el paisaje circundante. Finalmente, el trabajo proyectual pretende establecer una lectura de rescate patrimonial y a partir de un ejercicio de recuperación selectivo, una posibilidad de cuidado medioambiental con énfasis en la restitución y reciclaje material.