Art-Sauna se entiende como una continuación del recorrido emocional de todo el complejo del museo Gösta Serlachius. La experiencia de los visitantes del museo es mucho más que el acto de observar el arte dentro de un espacio ad-hoc, se trata más bien de un recorrido que encadena momentos en los que se mezclan paisaje, arte y arquitectura. En este sentido, el art-sauna recibe al visitante y ofrece continuidad de esa experiencia, ahora, en una escala aún más sutil, doméstica, íntima.
Una de las principales estrategias arquitectónicas implementadas fue la de fusionar el nuevo espacio de Art-Sauna con la topografía de modo que se ha convertido en parte del paisaje.
En la zona sur del parque que rodea el Museo, en un momento donde el camino se acerca al nivel del agua, se crea una bifurcación muy discreta que conduce suavemente a los visitantes a un lugar “semi-secreto”.
El recorrido conduce al visitante hacia un porche acogedor, discreto, que lo prepara para lo que hay más allá. Todo el recorrido, interior y exterior, está definido por la constante presencia
del paisaje finlandés, enmarcando las vistas privilegiadas con una arquitectura a base de muros de piedra natural y artificial, como un refugio y telón de fondo que albergan piezas de arte
especialmente trabajadas para este proyecto.
Hay un trabajo cuidadoso en la forma en que esta construcción se integra con el suelo. Los muros de contención dan forma a los espacios interiores y generan “patios” como mediadores
donde la luz, las vistas y el arte abrazan sorpresivamente al visitante en su recorrido. Fue una decisión de proyecto el romper el esquema de relacionar zona de vestuarios y habitación de la sauna (ambos espacios interiores). En cambio se deriva al visitante por un espacio singular, sorpresivo, un vestíbulo exterior, un patio como el atrio de la domus del templo romano que será precisamente la construcción cilíndrica dedicada a alojar la habitación o el templo de la Sauna.
El interior del templo de la sauna, por su geometría, ofrece una atmósfera íntima de comunidad, de pertenencia. Su interior está trabajado con detalles delicados, como los perfiles de
madera que simultáneamente definen asientos, recubrimientos y la vista que se abre hacia el arte y la naturaleza con el lago y el horizonte como fondo de la imagen. La gran terraza está contenida en tres de sus lados, ya sea por la construcción o por la propia naturaleza que lo envuelve, abriéndose totalmente hacia el lago que tiene muy próximo. La terraza está permanentemente habitada por la “Mesa Candela”. Esta pieza fue especialmente diseñada en memoria del arquitecto español Félix Candela, quien elegantemente conjugaba geometría y estática en estructuras espaciales apoyadas en un solo punto. La mesa Candela se ha trabajado con el mismo material que cubre las fachadas del edificio. Piezas de hormigón prefabricados que de forma abstracta, por su tratamiento en superficie, se potencia la sencillez de su geometría arquitectónica.
Nuevamente en el interior, la zona lounge representa la idea de un ambiente muy doméstico y acogedor. Este ambiente conserva la escala de un hogar, pero al mismo tiempo tiene una versatilidad que le permite programar o propiciar diferentes configuraciones y acomodos, desde grupos de mesas de menor tamaño, hasta una mesa larga para hasta 30 personas.Este espacio está cubierto por un sistema singular de 4 bóvedas de madera que ha sido trabajado cuidadosamente para dar continuidad y amplitud al espacio que abraza y vincula de forma fluida los distintos ambientes. Esa fluidez es contrastada con un gran ventanal de 8 m de largo que es capaz de enmarcar horizontalmente el paisaje y adentrarlo en la atmósfera interior de manera sorpresiva.
La zona de comedor se apoya en un área de cocina, una zona de degustación de vinos en torno a una mesa circular especialmente diseñada para arreglos móviles y una sala de estar junto a la chimenea. Por su ubicación junto a la terraza, esta chimenea da un doble servicio abriéndose también a las actividades al aire libre de la terraza.