El ITC (Instituto Internacional de Ciencias de la Geoinformación) es una facultad destacada de la Universidad de Twente, en Países Bajos, en la que estudiantes de maestría, doctorado e investigadores de todo el mundo se reúnen para explorar soluciones sostenibles. Este edificio, diseñado por Civic Architects, VDNDP, Studio Groen+Schild y DS Landscape architects, ofrece aulas, laboratorios, un centro de estudios, oficinas, un restaurante y tres patios ajardinados en un área de 13,605 m².
La facultad optó por transformar su Langezijds, un antiguo laboratorio construido en 1972. La estructura existente tenía unas dimensiones notables, con una longitud de 220 metros y una profundidad de 38 metros, y presenta una planta baja y un nivel superior alto. El nuevo diseño adapta con eficacia la estructura a su finalidad prevista con una sola intervención. Cuatro patios, excavados en la estructura proporcionan vegetación, aire fresco y luz natural.
El edificio está situado en la finca Drienerlo, un hermoso campus con edificios del movimiento moderno en medio de un gran paisaje verde. El diseño para el ITC integra arquitectura y paisaje. Los patios conectan el interior con el exterior. Contienen jardines que forman hábitats para la flora y la fauna, y contribuyen a un aire limpio y un lugar de trabajo sin estrés. Uno de los patios sirve de nueva entrada en el centro del edificio. Aquí, la fachada retrocede, el paisaje se pliega hacia el interior y los árboles crecen dentro del edificio.
La arquitectura sigue al clima, con la preservación de la estructura “brutalista” como núcleo. Las oficinas, con una temperatura estable, se sitúan en la planta baja, más fresca, y los espacios educativos más amplios, en la planta superior. Los parasoles reutilizados del lado sur evitan el sobrecalentamiento en verano. Los sistemas mecánicos de ambas plantas del edificio se han consolidado en un “pleno de aire” dentro de la planta elevada, y mantienen visible el techo de concreto original y para aprovechar al máximo la altura libre de la planta baja sin conductos adicionales. El aire fresco se expulsa de forma natural a través de los atrios, que actúan como pulmones verdes del edificio.
El concepto de interacción es fundamental en la organización del edificio: entre zonas de estudio y lectura, profesores, investigación y enseñanza. Por eso el edificio cuenta con un vestíbulo dedicado a la sociabilidad, donde todos se reúnen y comen juntos. Los departamentos científicos se agrupan en torno a los patios, garantía de que todos los espacios del edificio tendrán vistas al paisaje. Los salones de clase, oficinas, laboratorios y las zonas de estudio se intercalan, lo que permite a profesores, estudiantes e investigadores reunirse en los patios interiores. El nivel inferior ofrece espacios de concentración y salas más pequeñas, mientras que el superior alberga espacios más amplios y dinámicos.
La arquitectura nueva abraza la estructura existente. El armazón de concreto y acero es visible, incluidas sus imperfecciones y memoria de uso. Los cortes de sierra revelan dónde había suelos, y las viejas columnas se erigen como ruinas en los patios. Las fachadas de roble y los suelos de bambú aportan calidez. Los materiales son robustos, los detalles refinados. No se utiliza pintura. La construcción es el acabado: ese es el principio rector. Lo viejo y lo nuevo, las paredes y las escaleras, las instalaciones y los aspersores. La fachada yuxtapone la arquitectura original con una planta baja de concreto y un nivel superior de cristal. Los marcos de madera indican de manera clara la nueva finalidad del edificio. El nuevo edificio ofrece a ITC un escenario sostenible para mostrar quiénes son, qué fueron y lo que ahora representan.