Dos años, dos meses y dos días fue el tiempo que vivió el escritor Henry David Thoreau en una cabaña que él mismo construyó en Walden Pond, Massachusetts. En un espacio de 3 m x 4.5 m a la orilla del lago, se desenvuelve como un individuo apartado de la sociedad en busca de la inspiración, de lo natural y del origen. Su estadía en la cabaña le permite valorar el respeto por la vida, una experiencia que lo lleva a renovarse como humano. El sapo es diferente cuando entra y cuando sale del estanque…
La Casa del Sapo surgió para satisfacer un programa de necesidades a través de una postura arquitectónica que piensa en el contexto y en la comunidad. Es un proyecto que se fue enriqueciéndose años antes de tan siquiera pensar en construirlo, un proyecto que llegó a través de señales e intuiciones, y que poco a poco abrió puertas y creó puentes entre personas que debían estar unidas.
La casa fue determinada por el lugar, donde se plantearon dos volúmenes. Uno recibe el amanecer y desde el otro se percibe cómo se oculta el sol. El espacio intermedio entre ambos muestra el mar, la belleza de la costa Oaxaqueña, creando un espacio flexible para el habitante.