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La Balma es un proyecto de la cooperativa Sostre Cívic, que se adjudicó la parcela de Poblenou en el primer concurso público de suelo municipal para viviendas de alquiler cooperativo. El proyecto busca ampliar el stock de viviendas asequibles para hacer frente a la subida de precios de los últimos años. Teniendo en cuenta los recursos disponibles, el foco está en el costo inicial de construcción y uso del edificio en su vida útil, considerando el impacto económico final para el usuario. Además, el edificio pretende evitar la pobreza energética reduciendo el coste del confort del hogar en más de un 50%. Durante la fase de concurso se realizó un diagnóstico socioeconómico del grupo poblacional y un proceso participativo para trabajar y llegar a una propuesta consensuada, en la que el usuario y la comunidad juegan un papel protagónico; y el edificio es la infraestructura que los acompaña y les permite evolucionar libremente desde tres esferas sociales: el barrio, la comunidad, el hogar.
Relación con el barrio
El edificio está situado en la esquina de las calles Espronceda y Camí Antic de València. Este último es un eje verde repleto de equipamientos en el barrio. La cooperativa ha querido colaborar como un equipamiento más en este eje, compartiendo espacios con el barrio y expresando la riqueza de la vida comunitaria interior. Por ello, cuenta con el acceso principal, todos los espacios comunes y las circulaciones verticales en la fachada norte, abriéndose al espacio público del Camí Antic de València. En la calle Espronceda hay un local comercial, que ahora es utilizado por una ONG, colaborando para activar la planta baja de la calle.
Circulaciones y espacios comunitarios
Del proceso participativo inicial surge un programa de espacios comunitarios. Estos se distribuyen en altura en todas las plantas del edificio, adquiriendo un carácter diferente en función del uso de cada espacio. Queríamos espacios comunitarios y circulaciones para mejorar las relaciones humanas, los encuentros espontáneos y las actividades cooperativas en todo el edificio. En la planta baja encontramos la cocina-comedor común, espacio para bicicletas y taller abierto al barrio, además del vestíbulo y dos locales comerciales con vistas a la calle Espronceda que serán gestionados por la cooperativa. En el resto de plantas el programa se distribuye en pequeñas estancias, potenciando la circulación interior (sala polivalente, espacio de lectura, habitaciones de invitados, espacio asistencial y lavandería). Finalmente, la cubierta, totalmente accesible, se entiende como el espacio exterior de la cooperativa, operando como una terraza de más de 300 m2 que los vecinos podrán dotar de huertas productivas, espacio de sombra y esparcimiento. Las circulaciones acompañan siempre a los espacios comunitarios. Son espacios abiertos, ventilados y soleados que buscan dignificar lugares muchas veces minimizados.
Casas
El edificio cuenta con 20 unidades, una de las cuales será utilizada como piso puente para familias en proceso de reinserción social. Las viviendas se diseñan a partir de una retícula de piezas abiertas de 16 m2 que coinciden con la estructura de madera laminada. Estas piezas permiten divisiones y distribuciones muy diversas, permitiendo al usuario decidir sobre sus espacios. Cada casa parte de una base de 50 m2 totalmente equipada, correspondiente a las tipologías pequeñas (S). Esta unidad básica se amplía con una o dos piezas, pasando a ser de tipo Mediano o Grande. Las piezas que permiten esta ampliación son espacios gestionados por la cooperativa. Esta gestión permite una flexibilidad real del sistema, y las viviendas se las apropian de forma individual o compartida.