La Universidad de Staffordshire lleva más de 30 años ofreciendo servicios de guardería a estudiantes, personal y público en general. Sus actuales instalaciones fuera del campus necesitaban una modernización y la universidad vio la oportunidad de ampliar su oferta, además de crear unas instalaciones que pudieran utilizar tanto su Instituto de Educación para formar a futuros profesores como una nueva iniciativa pedagógica que ofrece programas de divulgación centrados en el aprendizaje y el juego basados en la naturaleza.
Las primeras conversaciones que se mantuvieron con la universidad sobre el diseño apuntaron a un edificio desde el que los niños y el personal pudieran interactuar directa y fácilmente con el entorno natural. El diseño resultante forma un patio que protege de las carreteras adyacentes y ofrece vistas a un espacio de juego ajardinado y, más allá, a la reserva natural adyacente. Todas las aulas pueden abrirse y expandirse hacia un espacio exterior específico, difuminando los límites entre la enseñanza dentro y fuera. Internamente, están diseñadas con la flexibilidad de poder dividirse en zonas para el juego húmedo simultáneo, la enseñanza general y el tiempo de tranquilidad o para dormir.
Al considerar un diseño que se plantea educar y cuidar a las siguientes generaciones, todas las partes del proyecto se diseñaron para tener emisiones netas de carbono cero. Se utilizaron materiales naturales de bajo impacto en todo el edificio para crear espacios interiores de enseñanza tranquilos, caracterizados por vigas de madera, techos de lana de madera, suelos de caucho y carpintería de madera contrachapada. El armazón de madera, altamente aislante, está revestido de tablas de alerce escalonadas, mientras que las características claraboyas del tejado proporcionan ventilación y abundante luz natural.