El manifiesto de esta escuela es inventar una forma diferente de vivir en las escuelas, de conectar, de ser precursora en el vínculo intrínseco entre educación y ecología. La ambición es crear un entorno educativo sostenible, donde los edificios se conviertan en una herramienta para el desarrollo social y humano de los niños. La noción de ecosofía fue la guía principal de diseño.
Para los diseñadores de esta escuela, es esencial implicar a quienes formarán la sociedad del mañana en el diseño y la construcción de su entorno vital. La escuela se compone de 5 grandes casas, separadas por espacios exteriores e intersticiales, organizadas en torno a patios centrales y comunicadas por pasarelas y pasillos. Estas casas son la transcripción arquitectónica de la referencia a la casa del árbol y al mundo imaginario que activa.
La escuela infantil se sitúa en la planta baja, junto con todas las actividades colectivas. La escuela primaria está en las plantas superiores. Un gran patio público, retranqueado de la carretera principal, da acceso al complejo escolar. Es también un espacio que contribuye a la vida del barrio, permitiendo que la escuela se convierta en un equipamiento de mayor alcance. Todas las casas están construidas íntegramente en madera. Este material único se utiliza de diversas formas, sobre todo en el exterior, para diferenciar las casas: los niños pueden reconocer aquella en la que pasan el año.