Durante muchos años, las acogedoras habitaciones del Parc Hotel Florian, situadas a los pies del pueblo de Siusi allo Sciliar, han proporcionado la experiencia de vacaciones perfecta durante todo el año. Una característica única de esta propiedad es el magnífico parque, donde se le anima a quedarse entre árboles centenarios, un estanque idílico y una piscina al aire libre. El complejo se ha ampliado recientemente con diez nuevas suites en un edificio independiente, que se conecta a la estructura existente, proporcionando una sensación de continuidad y una perspectiva fresca con un lenguaje arquitectónico distintivo.
Los arquitectos de Noa recibieron el encargo de mejorar el diseño del hotel, lo que supuso afrontar una situación de construcción compleja. Por un lado, el orgullo del hotel, sus terrenos únicos, tenía que conservarse de forma óptima. Por otro lado, el entorno inmediato, con la residencia unifamiliar adyacente, el estacionamiento y el propio hotel, produjeron una obra que requería mucho tacto y sensibilidad.
Al principio, la idea era separar el edificio con las nuevas suites del sitio original para dejar el terreno intacto y ocupar el menor espacio posible. Un edificio a nivel del suelo habría provocado la pérdida de una parte considerable del terreno. Pero la idea no era solo una hilera de habitaciones puerta a puerta, sino una agrupación ordenada de casas en los árboles íntimas e independientes elevadas sobre soportes de tres metros de altura, dejando los terrenos completamente accesibles debajo. Al mismo tiempo, había un creciente deseo no solo de alojar a los huéspedes en las nuevas suites del parque, sino de permitirles ser parte de ellas. Durante el proceso de diseño, el parque se convirtió en el tema central de la arquitectura, integrando completamente el edificio en la naturaleza, como si siempre hubiera estado allí.
El concepto de las casas en los árboles comenzó a tomar forma: al final de la pasarela de conexión que forma la columna vertebral del nuevo desarrollo se encuentra la estructura de dos pisos que contiene las suites, con cinco habitaciones en cada piso, todas las cuales tienen vistas al parque. Para que el complejo arquitectónico sea aún más dinámico, las habitaciones están ubicadas una encima de la otra en un ligero ángulo, creando la impresión de una estructura natural y desarrollada al tiempo que preservan las vistas. Los huéspedes tienen la sensación de estar instalados en su propia casita. A pesar de esta apertura arquitectónica, se conserva la apariencia de todo el edificio, ya que se enclava en el paisaje del parque. Esto está anclado por una fachada de madera pre-gris, que confiere un grado de tranquilidad uniforme al grupo único de casas en los árboles.