La expansión del aeropuerto de Nanaimo crea un punto de entrada edificante y memorable para los visitantes y residentes de la isla de Vancouver de Canadá. Ubicado al sur de la creciente ciudad portuaria de Nanaimo, Columbia Británica, el aeropuerto refleja la belleza pura del paisaje, sus ricos recursos naturales y el futuro prometedor de la comunidad local.
La expansión de 1485 m2 es la primera fase del plan maestro que contempla 5109 m2 para la terminal y que comprende una nueva y generosa sala de pasajeros, un área de control de seguridad dedicada y un nuevo diseño de edificio modular que puede facilitar los proyectos de expansión futuros en el próximos 25 años.
Antes de la expansión, las áreas de seguridad y pasajeros de tamaño insuficiente estaban causando serios problemas de congestión, lo que resultaba en una mala experiencia que también afectaba los ingresos, ya que los usuarios potenciales optaban por visitar los aeropuertos regionales de la competencia. Dado que se anticipaba que la terminal triplicaría su tamaño para 2035, el equipo de diseño tuvo el doble desafío de establecer una nueva y elegante identidad arquitectónica para guiar la apariencia de futuras expansiones y, al mismo tiempo, abordar las preocupaciones inmediatas del aeropuerto.
La solución arquitectónica, caracterizada por la repetición de formas modularizadas, es legible en todo el edificio. En el interior, el volumen del techo tallado, una traducción visual de las vetas de la minería de carbón subterránea, crea una experiencia espacial etérea sobre el suelo. El techo interior de madera fresca y paneles de yeso oculta los servicios del edificio al tiempo que crea un elemento unificador formal que contribuye a la atmósfera tranquila de la nueva terminal. La paleta de inspiración nórdica, de maderas blancas neutrales y grises claros, muestra las fuertes formas angulares de la terminal. En el exterior, espectaculares columnas en forma de V, inspiradas en geometrías de puentes de caballete, refuerzan toda la estructura.
Cada uno de los módulos del edificio está orientado hacia la dirección de viaje, abriéndose gradualmente hacia el lado del aire en vistas expansivas de los aviones en espera, actuando como orientación pasiva y ayudando a aliviar la ansiedad de los pasajeros, especialmente en la cola de seguridad. Estos caminos de circulación pública están reforzados por una pared revestida de arce que recorre todo el largo de la nueva sala de embarque. La pared brinda privacidad para el área de control de pasajeros y, al mismo tiempo, oculta los servicios del edificio, como la distribución de aire, los receptáculos de basura y reciclaje y los baños públicos.