En una calle tranquila de la Roma Norte, sobre la azotea de una casa de los años 40, construimos una estructura ligera, de acero con madera, para habitar un nuevo espacio y captar la lluvia. Un estudio para un joven cineasta, que decidió comprar una pre-existencia para remodelarla y vivirla.
El proyecto es un primer paso lógico, estratégico, para activar nuevos lugares y para hacer viable económicamente la remodelación integral; una pequeña obra austera, cálida y veloz, que permitiera rentar una célula independiente, en poco tiempo recuperar la inversión y generar fondos para mejorar el resto de la casa.
Todo está diseñado en módulos. La estructura principal forma un rectángulo a partir de 8 columnas separadas entre sí 3.6m y replicadas cada 2.4m. Pequeñas vigas de acero delimitan el perímetro y tablones de madera puestos de canto a cada 30 centímetros soportan una cubierta ligera.
El acceso es por el costado norte, delimitado por una nueva escalera y un muro que articula baño y cocineta. El costado poniente se respalda sobre uno de los muros pre-existentes de tabique aparente de la casa. Sus fachadas sur y oriente se conforman de puertas y ventanas abatibles de herrería con madera, para controlar de diferentes maneras la entrada de la luz y del viento. El espacio interior se extiende hacia un deck con vegetación que aporta frescura y privacidad.