La casa recuperada de 1920 es el resultado de un trabajo de arqueología de ruinas modernas que busca entender sus capas en el tiempo para activar en el contexto histórico del centro de la ciudad de Mérida, específicamente en el barrio de García Ginerés. El espacio se manifiesta con una activación sutil y profunda a través de estrategias edénicas por medio del jardín, el vacío y el remanso contemporáneo.
Una intervención puntual con convicción óptica de experiencia por medio de un jardín que se activa con intervenciones de exploración como; el recorrido, el reflejo, la luz, la materialidad con los recursos mínimos disponibles para conectar con el anhelo histórico humano de revalorizar la preexistencia entender la fuerza, la herencia y la memoria, comprender sus capas en el tiempo y de establecer una relación íntima y esencial entre las personas y los espacios que encarnan su contexto que nos conduce a reconocer nuestra propia esencia al construir un dispositivo de vida pública en el barrio.
Durante la intervención se practicaron demoliciones de los extractos posteriores y añadidos a la casa donde la volumetría fue resultado de este ejercicio de búsqueda de las fachadas originales y la conformación espacial interna fue intervenida para generar una serie de monoambientes flexibles y domésticos. La materialidad plantea una paleta monocromática de color terracota de una pintura hecha a mano para todos los muros nuevos y preexistentes la cual fortalece la idea monolítica e histórica de la casa, la conservación de los pisos de pasta existentes y la consolidación de los añadidos con piso de concreto pulido en el mismo color terracota.