Más que un edificio este proyecto es una operación de construcción de urbanismo; y, aunque partió inicialmente como el desarrollo de un edificio de atención integrada para la Universidad, pronto se convirtió en una operación de articulación de espacio público, trazado urbano e integración con el barrio La Candelaria. Esto fue posible gracias a que se hizo una operación conjunta de espacio “público” y tres edificaciones, (El Centro de Atención Integrada – CAI, la portería de ingreso al sector oriental y la concesión de café), donde el principal objetivo fue que el espacio público se filtrara entre las construcciones tejiendo un nuevo conjunto.
El espacio colectivo abierto se formuló como un articulador del trazado urbano existente, pero al caracterizarlo como un espacio “público” de encuentro, y al aprovechar la configuración existente de las edificaciones, se desdibujó la idea de una calle paramentada, y apareció una plazoleta escalonada que empata con las diversas situaciones de acceso y trazado urbano de un lugar con una prominente topografía inclinada.
Es así, como se disponen rampas, escaleras y sub-espacios planos que en su conjunto promueven el encuentro y el estar de manera formal e informal. Este nuevo espacio de cohesión, es producto de un diseño que evoca el antiguo espacio al frente a la hemeroteca de arquitectura dentro de la Universidad, pero en este caso, al no tener controles de acceso, se convierte en un espacio, que aunque es privado en titularización, es público en vocación (Por esta razón, en el este texto se usa la palabra “público” entre comillas).
Como material predomínate se usa el adoquín de ladrillo, creando una monocromía dominante, la que es supremamente versátil y permite resolver gradas, áreas inclinadas y planas. Así, todo el conjunto no edificado se consolida con una operación de paisajismo, donde el flujo siempre es continuo a través de los Yarumos que producen sobra y los jardines que aparecen entre el adoquín y las edificaciones. Igualmente, se matiza y potencia el muro cerrado medianero de un vecino, con un jardín vertical, lo cual consolida el paisaje del conjunto.
Respecto al conjunto edificado, se utiliza un material de basamento para armonizar la diversidad de escalas y tipologías (Acceso vs CAI vs café). El acero corten – metal oxidado-, permite desarrollar tipologías diversas de edificaciones, que a través de la materialidad conservan un hilo conductor que permite que todo se lea como un todo. Para el Centro de Atención Integrada, se planteó un volumen prismático casi cúbico, que se perfora en fachada, creando una relación lleno-vacío rítmica y variable, por medio de alternar muros de concreto arquitectónico color tierra (Intentando imitar la tapia pisada o los muros de tierra), y ventanearía piso techo.
Por supuesto las edificaciones y el espacio “público” se plantean con parámetros de sostenibilidad y estabilidad propios de la época.