El proyecto consiste en un pequeño grupo de 3 casas ubicadas en una zona suburbana de Monterrey, en el Municipio de San Pedro Garza García, desplantadas en terrenos de aproximadamente 150 m2 de superficie y con un solo frente a la calle. El área construida para cada casa ronda los 280 m2 con pequeñas variaciones entre ellas.
El programa se divide en tres niveles y un esquema de dos núcleos espaciales. El primer núcleo, más grande, se refleja en el cuerpo principal de las casas, volúmenes que sobresalen apoyados en una viga metálica y se ordenan sucesivamente con relación a la fachada urbana del conjunto llenando casi todo el largo del terreno a excepción de la planta baja. Este núcleo contiene los espacios principales de las casas, así como servicios para las habitaciones, cocina y lavandería.
El segundo núcleo, más pequeño, corresponde a las circulaciones de las casas (pasillo y escaleras), closets de guardado, y en primer piso también a las habitaciones de servicio, independientes a cada vivienda, y a servicios generales. Este núcleo sirve como espacio de contención entre una y la siguiente casa.
De esta forma, en cada casa el programa se reparte dejando la planta del primer piso para el programa público y social de la casa: cocina, comedor, sala y patio; lo que ocupa 2 terceras partes del fondo del terreno, ubicado detrás del área de estacionamientos.
En el segundo piso se ha colocado la habitación principal al frente del terreno y la sala de estar al fondo del mismo separados entre sí por servicios y la lavandería. Este núcleo de servicios, así como las circulaciones se repiten en el tercer piso donde se acomodan dos habitaciones secundarias.
Aún cuando los lotes son pequeños, las casas proponen espacios abiertos y visualmente conectados entre si y con sus límites cercanos a través de diversos tipos de aperturas de piso a techo en los muros, favoreciendo la iluminación y ventilación natural en la mayoría de los espacios.
A pesar de partir de un mismo esquema, cada casa conserva cierta autonomía espacial, material y de lenguaje, generando una identidad propia dentro del conjunto. Materiales en tonos blancos, grises y negros son utilizados en la mayoría de las superficies, con detalles en madera y cancelería y herrería negra.
El conjunto es una secuencia de cajas abstractas que se descomponen según el material elegido para construirse o construir su recubrimiento, ya sea ladrillo blanco, lámina corrugada o celosía metálica.