La Casa Taller se dispone en un terreno plano, rectangular pero no regular y pertenece a una de las artistas plásticas más reconocidas de Yucatán. La imperfección y la espontaneidad son una característica que pone de manifiesto la despreocupación de la artista por el detalle pero que también pone en evidencia la fuerza y la sensibilidad de su trabajo. La Casa Taller pretende expresar estas mismas características en su fisionomía y en su tratamiento formal.
La casa tiene una expresión absolutamente cerrada al exterior que consiste en una serie de “cajas” que se ensamblan generando una volumetría que juega con la esquina en la que se dispone, y que nunca revela su contenido. El interior se ilumina y ventila a través de patios generando una atmósfera absolutamente fluida y transparente.
La materialidad de la casa incluye dos materiales únicamente, el concreto colado en sitio y muros de piedra de la región. Los volúmenes construidos de concreto contienen el programa, en tanto que los muros fabricados con mampostería o piedra de la región son los que encierran patios que permiten la entrada de luz y de viento al interior de los espacios.