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¡Felices fiestas!
El proyecto es una adición para una casa construida en piedra en 1786, la cual no cuenta con acceso para automóviles en 365 metros a la redonda. La casa está pensada como una construcción didáctica, en la tradición smithsoniana, y es intencionalmente cruda. Para el diseño de la extensión, fue fundamental un diálogo comprometido con el entorno.
El proyecto fue concebido para una familia con tres hijos pequeños, en componentes que tenían que ser llevados a mano a lo largo de una vereda autoconstruida de madera.
Las áreas “servidas” del patio son transparentes, permitiendo un sentimiento de pertenencia que puede ser leído en todo el edificio. Las mismas fueron diseñadas con un recubrimiento flexible, logrado con pantallas que pueden ser deslizadas y ajustadas dependiendo del sol, de las direcciones del viento o del uso que se les quiera dar.
La construcción puede leerse a través de la separación y revelación de la estructura, los recursos y el recubrimiento. Este motivo prosigue a lo largo del proyecto, con un marco que se expresa continuamente en los interiores, los pisos y los techos.
Es en la sala de estar principal donde las vistas se revelan; este espacio está circunscrito a la cocina y a la estancia. Todo queda expresado en los elementos estructurales.
La circulación horizontal de la planta superior es un “contraprograma”, una expresión de la ortodoxia de la cuadrícula estructural. No hay puertas que dividan los espacios. En su lugar, la privacidad está insinuada en el programa. En la planta, la búsqueda fue crear un recorrido que asemejara a un “correr entre árboles”, efecto creado gracias por el desplazamiento completo de las particiones vidriadas con una capa interna de particiones que terminan a dos metros de altura, con el triforio, en un nivel más alto, y con un baño que se encuentra a un lado de las pantallas de vidrios.
La intención es que el edificio evite una versión edulcorada de la arquitectura, esto es, sin mancha, cortada, concisa y pulida. Podría decirse que el proyecto es brutal, ya que mantiene una verdad antiestética en lo que respecta a los materiales. La capa de encofrado, usada para las paredes, también parasita el marco. Dicho marco está hecho con roble local, que fue el único material disponible para lo que requería la planta. Por otro lado, las conexiones con tornillo de acero inoxidable están evidenciadas externamente. Por último, el exterior del edificio está vestido en una sábana corrugada gris oscura, un guiño al negro y gris de los graneros holandeses que aparecen en el mismo valle.