El proyecto surge con la intención de crear una vivienda utilizando materiales naturales, con presencia de vegetación, luz natural en todos los espacios, ventilación cruzada y amplitud espacial, en un terreno convencional de 12 metros × 30 metros. Los elementos verticales se materializan con el uso de ladrillo semiprensado convencional, lo que permite diversas formas de agrupación. El filtro de la fachada que da hacia la calle entrelaza la privacidad, facilita la ventilación del interior y sirve como guía para las plantas trepadoras que buscan colonizar su exterior y convertirse en el elemento principal de la casa.
El concreto se emplea para los elementos horizontales, como pisos y techos. El concreto pulido proporciona una terminación de alta calidad, tanto para la planta baja como para la alta, y funciona como unificador de todos los espacios.
La madera aporta versatilidad en la resolución de muebles, escaleras, puertas y aberturas. En diversos formatos (tirantes, listones, carpinterías, placas), la madera crea una atmósfera acogedora y confortable. Todos los tirantes utilizados para la escalera son reciclados de la demolición de una vivienda. Además, se resuelve el techo de la planta alta con una doble cubierta, creando una cámara de aire entre el cielorraso de madera y la cubierta de chapa termoacústica para mitigar la incidencia de la radiación solar en los espacios interiores.
El doble techo, las persianas, el filtro cerámico del frente y la disposición de los espacios son criterios de diseño que reducen la exposición solar y permiten la circulación del viento y actúan como mecanismos termorreguladores para un mayor confort térmico. En este caso, la estructura se adapta a la configuración funcional, ocultándose para destacar el protagonismo del espacio. La honestidad de los materiales, la integración del interior con el exterior y la presencia de vegetación en el interior de la vivienda enriquecen la experiencia de habitar, que se complementan con el paso del tiempo, la luz y el clima.