La casa está ubicada en la X región de Chile, en la localidad de Puerto Varas. Esta es una zona del país que se caracteriza por su clima templado lluvioso, lo que determina una manera de construir y habitar ligada a la idea del resguardo y la protección.
Por tratarse de un encargo que se desarrolló a distancia, se parte por levantar, junto con la topografía y las vistas, toda la información respecto del clima, la lluvia, las temperaturas, la predominancia del viento y los ángulos de incidencia del sol en esta latitud. Así es como se decide la orientación y ubicación para el proyecto que parte por tomar altura desde una loma de Maitenes para quedar enfrentado al oriente, hacia su vista al lago Llanquihue y el volcán Calbuco.
La angulación y torsión del volumen permiten; primero, minimizar la exposición a la dirección de las lluvias de invierno; segundo, estimular la ventilación cruzada para las épocas de mayores temperaturas; y tercero, optimizar la luz solar según sea el requerimiento de cada recinto. El orden de los recintos se distribuye en dos pisos, según sus grados de privacidad, el primero, de mayor transparencia, concentra el acceso, los espacio de estar y de servicio.
Estas zonas comunes se abren, por el poniente a un patio controlado por la pendiente y los arboles pre-existentes, y por el oriente hacia las vistas de la Cordillera. El segundo piso concentra los dormitorios en general, de ahí que el volumen se cierra para resguardar estos espacios que alcanzan también un mayor dominio del paisaje.
Sobre la materialidad se trabaja con una estructura mixta de pino dimensionado y pilares de Ciprés a la vista los que resultan visibles al exterior a partir de sistema montaje, en madera, que construye un muro cortina de cristales de termopanel transparentes. En resto de las fachadas se revisten con planchas onduladas pre-pintadas las que favorecen la impermeabilización de la construcción, en espacial sobre las caras que se ven mayormente expuestas al viento y la lluvia.