Este proyecto nace de la idea de relacionar los espacios de esta casa a través de un hilo conductor.
Nace con la intención de formalizar un vínculo que comunique los dos extremos del apartamento, materializándose como un techo suspendido que relaciona lo existente y lo nuevo como una superposición.
El piso de poco menos de 50 metros de superficie, estaba dividido en pequeñas habitaciones que configuraban espacios poco ventilados y iluminados.
Estas habitaciones se organizaban a partir de un pasillo ancho que permitía servir las distintas piezas, encadenándolas y al mismo tiempo acumulando usos.
Para poder seguir entendiendo la casa como una secuencia de espacios, o bien, como un único espacio; la intervención ha minimizado la división de tabiques, pero ha potenciado con mobiliario, pavimentos y puertas correderas; la división entre estancias.
Así queremos transmitir una comprensión dual de la casa que se evidencia con la materialidad: utilizando el techo como un elemento unitario en la secuencia de habitaciones, y el pavimento como aquello que divide los espacios.