Se entregaron las primeras casas en Ocuilan. Un año después del temblor que azotó el país y dejó a más de doscientas mil familias con sus viviendas afectadas, han sido muchas las iniciativas que han tratado de paliar el daño. El terremoto en realidad fue una gota más que derramó la frágil condición de la vivienda en México, mayoritariamente autoconstruida. Tras los sismos de septiembre pasado y la pasmada reacción de las autoridades hubo muchas iniciativas privadas que espontáneamente se organizaron con distintas capacidades y alcances. Algunas, coordinadas por PienZa Sostenible se llevaron a cabo en comunidades y municipios de los estados de Morelos y México, con el apoyo de Love Army, quienes recaudaron recursos privados para reconstruir las casas dañadas.
A diferencia de iniciativas institucionales que tomaron medidas sistemáticas (aún cuando cada caso es eso, un caso), PienZa Sostenible lideró un proceso personalizado en el que se identificaron las casas dañadas sin derecho a apoyo gubernamental, se invitó a varios arquitectos, se creó una planta móvil capaz de fabricar más de 2,500 ecobloks de alta resistencia por día y se estableció un proceso en el que los arquitectos conocían a las familias afectadas, desarrollando un proyecto y, tras la aprobación de sus nuevos clientes, se procedió a su construcción a través de una empresa local.
Este es uno de los primeros proyectos construidos, diseñado por TAX, el despacho de Alberto Kalach.
Nombre del Proyecto: Casa Marcos
Arquitectos: TAX
Fecha: 2018
Ubicación: Ocuilan de Arteaga, Estado de México, México
Fotografía: Juan Pablo Astorga (cortesia Pienza Sostenible)
La casa de Marcos es la más reciente obra de Alberto Kalach, ubicada en Ocuilan, como parte de la iniciativa PienZa Sostenible. El diseño de esta casa, económica pero de gran valor, mejora el bienestar de la familia así como la convivencia social cotidiana. La obra reinterpreta valores de la vivienda rural, contemplando la recuperación de elementos vernáculos de materialidad y construcción, integrando costumbres y hábitos de la familia con el diseño espacial de la casa.
La casa esta planteada en dos niveles, el primero funge como un basamento macizo en el que se encuentran las áreas intimas, las habitaciones y la sala sanitaria, las cuáles se relacionan directamente con el patio de la vivienda. En el segundo nivel, una gran cubierta construida con una estructura de madera simple, sin muros, en el que se apuesta por una generosidad espacial para albergar las áreas comunes de la vivienda, una cocina-comedor que articula el espacio de convivencia y que se convierte en una terraza, la cuál actúa como un espacio que se funde con el paisaje desdibujando sutilmente los limites entre el interior y el exterior.
Mediante este gesto la vivienda se camufla con el paisaje local, en la que se identifica en el horizonte por la forma de su cubierta y en la que el patio y los arboles de aguacate del contexto fungen como vestíbulo y parte fundamental de la vivienda.
Con respecto a la materialidad de la vivienda, el nivel inferior se construyó con concreto en su cimentación, pisos de cemento pulido, block de tierra compactada y piedra para muros y madera para la terraza cubierta. Como en las demás viviendas construidas hasta ahora en Ocuilan, el reto ha sido diseñar a partir de las consideraciones mínimas de espacios requeridos, tiempos y costos de obra acotados, apostando por una solución de calidad, replanteando los modos de ocupar el territorio.