El terreno se encuentra a las afueras del pueblo, en una área densamente arbolada y cuenta con una ligera pendiente con vistas a las montañas circundantes. La arquitectura de la zona está profundamente enraízada en los métodos constructivos tradicionales y los materiales de la región influencían la manera en que los espacios son construídos. La casa EC aprovecha éstos rasgos culturales y los adapta a las necesidades de una familia de citadinos.
El objetivo principal era que la casa afectara lo menos posible el terreno, permitiendo al mismo tiempo estar en constante relación con el paisaje inmediato. Los arquitectos decidieron adaptarse a los elementos naturales del terreno, dividiendo el programa en diferentes volúmenes y ubicándolos alrededor de los pinos existentes.
Los tres volúmenes que envuelven el núcleo de circulación constituyen la casa principal. La casa para visitas está compuesta por dos volúmenes que delimitan un patio central que funciona como plaza de circulación, además de vincular el frente y el fondo del terreno. La planta baja se adapta al terreno logrando diferentes niveles y los patios interiores iluminan los espacios creando atmósferas con características únicas. A través de las principales áreas sociales de la planta baja, un eje visual fué respetado para facilitar la comunicación entre los espacios.
Los pisos de madera crean una superficie contínua que extiende los espacios interiores hacia tarimas, reforzando la interacción con los espacios exteriores. Se diseñaron piezas de encofrado metálicas para acelerar el proceso de construcción de los muros de piedra que forman los muros externos.
El objectivo de los arquitecos era lograr la unión de lo atemporal con lo moderno, lo local con lo universal, el pueblo y la ciudad, en una casa de fin de semana rodeada de bosque.