Obras

Carácter industrial en Poblenou

Carácter industrial en Poblenou

Nombre del proyecto

  • Edificio de oficinas en Poblenou

Arquitectos

  • BAAS Arquitectura: Jordi Badia, Alex Clarà

Página web

  • baas.cat

Superficie

  • 15.000 m2

Ubicación

  • Barcelona, España

Fotografía

  • Gregori Civera
  • Alex Clarà
  • Jesús Arenas
  • Manolo Laguillo

Fecha

  • 2023

El proyecto obra del despacho catalán BAAS, liderado por Jordi Badia, se sitúa en el Barrio del Poblenou de Barcelona, barrio en constante transformación urbanística que, en los últimos años, ha sido acompañada de una nueva arquitectura de edificios singulares dispersos, incapaces de dialogar con el entorno tradicional preexistente y así construir calidad urbana. Por el contrario, y como ya hizo en el Museo Can Framis, el edificio de oficinas planteado por Jordi Badia nace con la voluntad de dar continuidad a la manzana, de dialogar con las preexistencias y de generar espacio urbano de calidad

Por un lado, la apuesta por la morfología de la arquitectura tradicional y, en particular, por la proporción vertical de sus balcones, sus molduras y cornisas, consigue la continuidad de la manzana, con un lenguaje y color que encajan en el contexto de manera natural, sin renunciar a una cierta autonomía y carácter. La morfología de la fachada proporciona además una escala más humana al edificio.

El proyecto se construye con la clara voluntad de conseguir un edificio completamente ventilado naturalmente y 100% practicable. Para ello todos los huecos de fachada son practicables, mejorando la relación del usuario con el exterior y creando pequeños balcones que pueden ser ocupados por vegetación. Así mismo, el aparcamiento subterráneo, que alberga bicicletas y patinetes, además de coches, ventila a través de un patio inglés.

Por otro, el uso del material cerámico en la fachada, el ladrillo ecomanual, que remite a los antiguos edificios industriales del Poblenou, es un esfuerzo para ubicar el edificio en su contexto histórico. Con juntas de mortero de cal enrasadas con la cerámica, para enfatizar el monolitismo de un tipo de construcción manual, totalmente alejada del ensamblaje habitual de las fachadas ligeras. En definitiva, materiales, colores y texturas que conectan con el contexto industrial del barrio de un modo contemporáneo.

De la intención de mantener la continuidad del tejido urbano nace la decisión de mantener la característica esquina en chaflán del Eixample, que en el Poblenou está desapareciendo poco a poco. Es en ese punto en el que se sitúa el acceso al edificio, mediante un porche que acompaña hasta la entrada al vestíbulo. Un vacío que perfora transversalmente la pieza hasta el interior de manzana. La posibilidad de construir un volumen en el interior de manzana permite reducir la edificabilidad del volumen principal a la vez que construye un espacio interior rico que se relaciona adecuadamente con las edificaciones más bajas del pasaje interior.

En altura, el volumen principal dibuja una sección escalonada, que pretende que el impacto de sus 8 plantas sea menor desde la calle y que el sol ilumine ese tramo con más facilidad. Esta sección permite unas terrazas de gran tamaño para disfrute de los usuarios, y construye el ritmo característico de la fachada. Asimismo, los diferentes niveles de altura de estas terrazas dialogan con las alturas del contexto, especialmente con la chimenea de la antigua fábrica que permanece en el lugar.

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